29 de abril de 2014

La esfera

Creo que la tristeza es esférica y no se llena nunca ni revienta, por más que siempre crezca y nunca mengüe. Es una burbuja que permanece dentro y cada día, cada mes y cada año se adensa con otras concéntricas a ella. Los psicólogos forenses, llegará un día, en que sabrán extirparla de las entretelas de los muertos. Verán entonces que la historia de cada vida está escrita en ella. Hasta entonces, sólo sabremos que puede notarse en la mirada, porque los ojos son también dos esferas.

6 comentarios:

Insumisa dijo...

:(
ESPERO que decrezca.
ESPERO que mengüe.
ESPERO que se vuelva mas ligera.
Pero si no decrece, mengua ni aligera.
ENTONCES que se infle tanto que se vuelva como un globo aerostático y se aleje rumbo al firmamento.

Flor y Nata dijo...

Es la foto de tu madre...¿verdad?...esa tristeza siempre estará impulsando otra nueva que no termina extirpándola, ni separándola de la piel...porque lo invade todo y siempre, lo que sucede que a veces, en vez de hundirnos sirve de flotador; pero solo a veces.

Lan dijo...

Bueno, Insumisa, que se aleje, que se aleje y que deje un poco de sitio a esa especie de respiración profunda que, de vez en cuando, proporciona alguna alegría inesperada.
Gracias.

Lan dijo...

Así es, Flor y Nata, claro que sirve de flotador porque si no sirviera poca sería la gente que sobreviviera a un mal tan extendido.
Aunque, por otro lado, una vez pregunté a un ganadero por sus gorrinos y me contestó:
- Están todos bien... Los que no se mueren.
Así que, de seguir, es que estamos bien, o casi.
Saludos y gracias por tu comentario.

Ángeles dijo...

A partir de ahora me voy a imaginar la tristeza como una esfera de gelatina que lleva otras dentro. Así la he visto al leer tu texto, y me ha parecido una imagen suficientemente hermosa como para no renegar de ella.
Casi me gusta, fíjate. ¿Será que en realidad la necesitamos?

Lan dijo...

Claro que la necesitamos, Ángeles, porque nos hace reflexionar, y no como la alegría que pocas veces nos hace repensarnos las cosas.