28 de mayo de 2014

Podemos

Hace más de treinta años mi comunidad plantó un naranjo que inicialmente todos cuidamos con esmero. Pero pronto delegamos su cuidado en administradores y éstos en multitud de jardineros. Mas, ante la confianza del vecindario, jardineros y administradores se volvieron cada vez más descuidados, venales y soberbios. Y, sin cuidarlo, daban por sentado que el árbol era suyo.  Así, lo invadieron pulgones, proliferaron en él bacterias y tumores, y el Virus de la Tristeza lo defoliaba y dejaba sin frutos. Un día algunos vecinos decidieron afrontar la situación y se dijeron: “No hay más remedio, si hay que podar, podemos.”

9 comentarios:

d:D´ dijo...

Una triste realidad que en ausencia de verdadero delito y ejecutor es preferible deshacerse de su verdadera naturaleza...
[Y aquí uso un silvático lenguaje para no pillarme los dedos]

Gran metáfora que antes de darle el valor que merecía prefieren destruir una vida ejemplarmente plantada antes que descubrir el germen desencadenante. Tiran piedras en su tejado y dejan que les cobren por ello minutas exageradas sin importarles que su patrimonio envejece por negligencia ajena. Siempre vendrá el recurso dialéctico de su defensa con el término descuido y malos tiempos, no sólo para la lírica, si no para el árbol que estático vio pasar el tiempo sin que nadie lo echara de menos.

Cuando los recuerdos fallan se desvanecen las esperanzas de vida y aquello que es regalado carece de importancia tal que llegado el momento si fuere necesario invertir más en ello es porque ya no es rentable.
Cómo la vida misma, y la de muchos congéneres. Qué poca importancia tiene lo estético cuando no se piden responsabilidades. Qué poca y nula es la vida cuando debería ser de ese color de la alborada. Sin cítricos, con críticos, sincréticos.
Saludos

Insumisa dijo...

¿Y lo hicieron?

Lan dijo...

Saludos, Beato.
Y gracias por tu comentario que, como en otros casos, profundiza tanto que deja en cueros mi pueril cuentecillo.

Lan dijo...

Yo creo, Insumisa, que han empezado a hacerlo y, al parecer, con buen pie. Pero ésta es una historia que continuará y con el tiempo veremos si podemos podar todo lo que se debe o nos quedaremos en un intento meritorio.

Ángeles dijo...

Sí, podemos, podemos, pero ¿crees que podarían todo lo que habría que podar, arriesgándose a quedarse sin árbol al que arrimarse, sin sombra que los cobije?

Lan dijo...

Por mucho que se quiera podar, será una poda limitada, como todas. Pero, al menos, se desencadenará una lucha no violenta entre podadores de distintas tendencias que se picarán unos con otros y, seguramente, alguna o algunas ramas podridas caerán y otras nuevas las sustituirán. A casi ninguno le agradará totalmente la poda pero, confío, en que el árbol termine por salvarse. Sobre todo de lo más peligroso: el Virus de la Tristeza. (Que no es una metáfora, existe).

Anónimo dijo...

Sabemos que existe y por eso pasamos de hablar de él...De ahí que nos centrásemos en el otro sentido. Por ello, nos centramos en lo otro, ellos desean llevar a cabo la tala antes que poner atajo a ella y de un tajo sacar un problema de forma económica. Como siempre, lo de siempre
Saludos

Paz Zeltia dijo...

:)

por qué será que despierta tantos desprecios y odios el "podemos"?

Lan dijo...

Porque todo lo nuevo mueve los fundamentos de las cosas y el estatus de quienes las manejan, Zeltia.
Si se descubriera una nueva forma de energía, barata y viable, las grandes empresas que controlan las energías conocidas harían todo lo posible porque tal cosa no arruinara sus inversiones. Lo que convenga a la gente les da igual.
Saludos.