25 de marzo de 2016

Pasión española

La emoción por volver a ejercer de nativo de esta nación sin bandera vuelve cíclicamente por Semana Santa. La excusa de la pasión divina, en un país de descreídos, permite la representación, el sentimiento y, sobre todo, el deslumbrante barroquismo de la fiesta.
Para la pantomima se necesitan ganas de protagonismo, porque la fe es justo lo contrario al espectáculo. Y una vez más llega el momento de ser nativos propios, la religión presta la excusa y una variada gama de oficios, vestuarios, colores y sonidos. Y tanta es la afición por estos lances que hasta los días se disfrazan de santos.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Será por aquello de "lo cortés no quita lo valiente", ¿no?

Lan dijo...

No estoy seguro, Ángeles, pues lo mismo que preguntar puede ofender, aunque el dicho sostenga lo contrario, también, algunas veces, de puro corteses, parecemos aduladores, pues envolvemos con tanta dulzura las palabras que, de las críticas, hacemos panegíricos y, de los insultos, alabanzas. Pero muchos perdonamos los vicios en algunas maneras porque yacen bajo las ganas irresistibles de escribir. Y somos indulgentes aunque, a veces, tengamos que perdonarnos a nosotros mismos.