11 de septiembre de 2008

El asterisco


Eustaquia esperó su turno con parsimonia. Solicitaba admisión en un curso de informática. Permiso de residencia, datos personales, teléfono, documentación del paro, preferencia de horarios. Observó, tranquila como una deidad negra, reposada y serena, como el funcionario anotaba todo minuciosamente en un estadillo. Luego lo pasaría a personal, perdón a Recursos Humanos. Allí decidirían de modo estricto y protocolario los elegidos, le informó. Cuando el funcionario terminó, Eustaquia le dijo con toda sencillez:
- Ahora póngame el asterisco.
- ¿Qué asterisco?
- Ese que hay que poner para que me elijan a mí.
Te habría comido a besos, reina.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

ostras, qué bueno!
qué rápido se cogen las mañas, ¿eh?
será ficción,lástima.
no me importaría ser, incluso, "el funcionario"

:D

Lan dijo...

Pues no es ficción.
Siempre hay quien cuenta cosas y como uno está deseando escribir pues... la que pasa.
;-)