
Somos un país turístico pero nos disgusta que los extranjeros opinen contra nuestras fiestas sangrientas. Nos desagrada que piensen que disfrutamos presenciando o participando colectivamente en actos crueles contra los animales. Y, para disimular, llamamos a estos eventos tradiciones, historia, cultura, ritos, legados… y cuantas palabras discurrimos para ennoblecer con una pátina respetable nuestras diversiones más salvajes. Y como, pese a todo, no cuela, les miramos finalmente con ese orgullo bobo y ciego que nos hizo famosos en Flandes y con esa soberbia que conoce medio mundo y, no sabiendo qué hacer, decimos con solvencia firme: ¡Qué sabrán ellos!
5 comentarios:
buen punto...fui extranjero en tu pais, la verdad me fue bastante bien, no tengo nada malo q decir, pero si se que muchos de los que estuvieron en mi posicion no corrieron con la misma buena suerte... por cierto gracias por mirar mi blog y por el corto comentario... lo retomo y vuelvo y revuelvo mas a modo de catarsis q de "comunicacion", pero me agrada q alguien al menos deje su firma alli
soy egpañó ¡casiná!
!Y olé!
Pos... yo na'... o casi na'
Ya veo que no eres "tan" nacionalista como Zeltia.
;-)
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