
Éramos cinco y, casi sin notarlo, nos quedamos en cuatro. Marchó un segundo, casi sin ruido, y sólo fuimos tres. Murió luego el tercero y el cara o cruz restaba solamente. Me salió la cruz y restó, como tenía prometido, y tuve que dejarte. Y al que gana y se queda, sólo puede tocarle ya perder.
2 comentarios:
visto así... :(
Pues, ya ves. :-)
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