26 de noviembre de 2008

Pasa la vida


Éramos cinco y, casi sin notarlo, nos quedamos en cuatro. Marchó un segundo, casi sin ruido, y sólo fuimos tres. Murió luego el tercero y el cara o cruz restaba solamente. Me salió la cruz y restó, como tenía prometido, y tuve que dejarte. Y al que gana y se queda, sólo puede tocarle ya perder.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

visto así... :(

Lan dijo...

Pues, ya ves. :-)