10 de mayo de 2009

La mayor disgracia


- Hola, Chana, ¿cómo anda el Jose?
- ¡Ay, señorita, la mayor disgracia que mos podía de pasar! ¡Ay, que disgracia, lo pior que semos ha venío encima!
- ¿Qué ocurre? ¿Está enfermo?
- Pior, señorita, mil veces pior. ¡Ay, qué semos ha casao!
- Pero, por favor, Chana, ¿por una boda este disgusto?
- Pero si aluego son muy güena gente… Si fui a su casa y aunque les dije de to, bien güenos fueron; y por motivos que les di ni me pegaron, ni me tiraron por las escaleras, ni na. Pero, ¡qué disgracia, señorita, qué mi Jose sa casao con una paya!

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

uich!
por lo menos no fueron bodas de sangre!
yo creo que un churumbel prontito y todo se arregla, que hasta a los gitanos, tan celosos de su cultura ellos, llega la influencia intercultural

Lan dijo...

Uhm, no estoy seguro.