3 de junio de 2009

Cuñas de la misma madera


Aquel iluso joven contaba al viejo, que tenía por amigo, lo difícil que le había sido ennoviarse con una muchacha. Su padre, indignado por los rumores, que maliciosamente le llevaron, de que su niña iba con un hombre, tuvo con ella palabras y hechos. Enterado, quiso hablar con él para tranquilizarle y decirle eso de que iba con buenas intenciones. Se negó a recibirle. Luego, encerraron a la chica. Todo un despropósito… Como el viejo callara, le preguntó qué opinaba. Éste, poniendo ojos de loco, le espetó furioso:
- ¿Pero qué sabrás tú, pedazo de cabrón, lo que es una hija?
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2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

Ah! es que la cosa depende del lado desde donde se mire!

(como todo)

y què dificil "apartarnos" de nuestra visiòn .

Lan dijo...

Ya veo que has echado mano del acento de urgencias. ;-)
En Aceptando lo que venga hay una entrada más extensa que tiene que ver con ésta, por si te apetece ver como acabó una historia de éstas.
Creo que se llega a edades en las que se conocen varios puntos de vista. Cuando eres joven, sólo tienes el de joven.