3 de junio de 2009

Lhardy


Madrid centro, Carrera de San Jerónimo, puerta de Lhardy. Desde 1839 este famoso restaurante es calificado, por los cronistas atildados, de templo de la cordialidad y del buen gusto. Reyes y reinas lo honraron con su presencia. Sus menús, vinos aparte, oscilan entre los setenta y cien euros. Se hizo famosa la frase:”He visto al rey, entraba en Lhardy.” Al pasar por su puerta un viejo mendigo pide cansinamente con una lata.
Un cliente del templo le endosa la calderilla sobrante. Poco más adelante, en la calle Mayor, oye preguntar:
- ¿Has visto al Sangresucia?
- Sí, últimamente pide en Lhardy.
.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

pues no se como no echan al mendigo a patadas! veamos ¿no pago yo mis impuestos? para que estan los servicios sociales? si es que esa gente no se deja atender! y los del gobierno unos inutiles.
porque digo yo, vamos a ver, ¿por què tengo que aguantar que la vision del mendigo con su lata me joda el buen cuerpo que llevaba, despues de comer y beber tan estupendamente?

què?, ¿còmo?, que no les afecta?. ah. entonces, bueno.

Lan dijo...

Hay quien, con sentimiento religioso, disfruta doblemente:
primero por los alimentos que el Señor les ha proporcionado vía Lhardy; segundo por la gran suerte con que la Providencia les premia al no verse como el pobre de la puerta. Sea así doble el motivo para dar gracias a Dios.
Con respecto a lo demás, puede que la Comunidad de Madrid decida cualquier día privatizar la pobreza.