24 de junio de 2009

Referencia vitalicia


Mi ciudad es vieja. Cuando Colón llegó a América lo era. Esa vejez no me importa. Me interesa sólo el tiempo que envejeció conmigo. La otra vejez queda muy lejos y no me permite hacerme idea de nada, o casi nada, que no sea lo que digan los libros o lo que buenamente imagine. Mis referentes cercanos ya se fueron, padres y parientes de su generación. Así que sólo la ciudad me sirve ya de referencia, las cosas que son nuevas o viejas con respecto a mí. Será una compañía vitalicia y, esa vez, el que abandone seré yo.
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4 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

¿y no te fijaste que pronto se olvida como era "antes" -quizá sólo 10 años atrás- aquella plaza que reformaron, o esta nueva vía que abrieron, o la casita que había antes de este moderno edificio?

la fisonomía de la ciudad va cambiando a mis ojos tan lentamente que casi no percibo ese cambio; como ocurre con mis arrugas y la flacidez de mi piel, dejando su huella cada dia un poquito que no es perceptible, hasta que veo aquél vídeo, aquella foto, y de pronto me veo como era. con la ciudad me ocurre igual, de los fondos de las fotografías o de los documentales, resurge vivo el recuerdo de
tal como era
pero perviven rincones, placitas, que apenas mudaron su aspecto no ya en los años que contemporizamos, sino en muchos anteriores.
los grabados y antiguas fiotografías de mi ciudad que puedo ver como si fueran los ojos de los que ya no están, ejercen una atracción extraña sobre mí.
claro, no sirve para las ciudades de las que no conozco cada esquina.

Lan dijo...

Ni se recuerda como era antes ni quedan testigos de ello. Tal vez, extendiendo este criterio a otras cosas, por esos triunfen una y otra vez la viejas mentiras, porque quienes las conocían ya no están y los crédulos, pese a los enterados que nos creamos, abundan.

Insumisa dijo...

Estrujaste mi corazón. Eso de que los referentes cercanos ya se fueron le llega a cualquiera.

Acá, la mazorca no comienza a desgranarse aun. No la de la familia consanguínea inmediata. Pero hiciste que pensara en el huérfano que duerme a mi lado. Su mazorca ya está toda molacha. Se adelantaron sus padres y 3 hermanas. Le quedan muy pocos referentes cercanos ya.
Es triste. Para mi lo es, desde mi perspectiva. Pero él, tiene una maravillosa filosofía de vida.

Lan dijo...

Así son las cosas.
Y hemos de verlas porque si no las viéramos aún sería peor.
Y lo de aceptando lo que venga resulta, al final, un modo fino de decir que la vida es un trágala.
Y eso de que su mazorca está toda molacha, no se dice por aquí pero se entiende perfectamente y además son unas palabras muy bonitas.