27 de junio de 2009

Verecundia


Soy, como conversador, mediocre. Peor me desenvuelvo de orador. La única vez que me ví ante un auditorio, subido en el escenario de un teatro, me corté, me quedé en blanco y, ante el silencio de risas contenidas de la concurrencia, hice el ridículo más pleno y plano. Escapé corriendo, corrido de vergüenza y creo que corro todavía. Sí, aún lo recuerdo con un rubor ardiente, redivivo, añejo. Así que, como me gusta contar cosas, me refugio en estas soledades blancas, permitidas a los que, a falta de mejores cualidades, elegimos como forma de expresión, cauta y premeditada, la escritura.
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6 comentarios:

Danna Oassis dijo...

Hay experiencias que luego nos dejan marcados, pero yo creo que lo importante es el poder superarlas... y es cierto las letras son el mejor escudo y la forma de escapar más maravillosa... pero no podemos vivir huyendo.

Lan dijo...

Cuando me tomaba en serio, sí me marcó. Ahora ya no porque, con el tiempo, aprende uno a reirse de sí mismo.
Gracias por tu comentario Sibarita.

Insumisa dijo...

Estoy pensando si soy verecundia... creo que en el fondo, muy en el fondo... debo serlo. Aunque la vida (y mi profesión) me llevaron mas veces de las que recuerdo, a tomar la palabra frente al público, con o sin micrófono.
Lo que no he logrado superar, es el karaoke. Tanto que me gusta cantar y mira, ¡me quedo casi muda! (en público, que lo que es en mi casa, berridos y rebudios en sol mayor)

Lan dijo...

Verecundia es vergüenza. Y verecundo o verencunda es vergonzoso o vergonzosa. Es un término culto que se usa poco. Pero oye, teniendo tantas palabras por qué no utilizarlas. Por el mismo precio.
Y lo del karaoke ni me lo menciones, sólo fui una vez y pasé vergüenza ajena y eso que a mí ni se me pasa por la cabeza...¡Menuda verecundia!

Paz Zeltia dijo...

aprender a reirse de uno mismo es bastante dificil. yo creo que poca gente lo consigue. todos tendemos a tomarnos muy en serio.

yo, por mi trabajo, no tengo que hablar en público. por mis aficiones, tampoco.
cuando hablo en público es poco público y que ya me conoce.

la única vez que recuerdo tener que hablar en ´público fue en el instituto, fui la "presentadora" de una entrega de premios y diplomas, con asistencia de autoridades locales y familiares de alumnos, y todo el alumnado del instituto:

los papeles donde tenía el orden de entrega, quien recibía que premio y quien hacia entrega del mismo, temblaban tanto en mis manos, que parecía que me abanicaba!
eso me hacía morir de verecundia
:-P
con lo cual me tembló también la voz, igual que si estuviera sentada en una centrifugadora.!!!!

creo que imaginé la "vergüenza ajena " que sentía por mí, si yo misma estuviera entre el público. y eso me hizo "sentir" como ellos, ser ellos, y me vi allí temblona, y sabía que tendría las simpatias de todos ellos si mostraba mi vulnerabilidad en vez de ocultarla.
Asi que como en ese momento le tocaba recoger un diploma a mi mejor amiga, me acerqué al micro y pasando de los papeles y el guión que me habían escrito, dije algo así como que "fulanita, que recogerá el diploma a... de manos de XX ...y cuando ella se venía acercando la miré con una sonrisa de oreja a oreja, la cara me ardía, todos aplaudireon, y yo saltándome "el protocolo" me acerqué a besarla, y le dije, con el micró en la mano " fulanita, eres mi mejor amiga, lo menos que podías hacer era quedarte tú aquí arriba y salvarme de este tremendo ridículo que estoy haciendo"
se oyeron risas, miré para los asientos de las "autoridades" y la directora, y los profesores, y más allá los padres, y todos me sonreían, y me di cuenta de que no tenía por qué avengorzarme, porque todos me comprendían.

Y ya me solté tanto, que luego era como estar en la sala de mi casa: paré de temblar, mi corazón dejó de escucharse en mis oídos, y todo transcurrió estupendamente, incluso cuando me equivoqué en algúnb nombre, lo subsané con naturalidad.

Me habría servido de mucho la experiencia si alguna vez en el futuro, hubiera tenido que hablar en público!, jajajaja
qué talento desperdiciado!
:-)
ah, Lan, gracias por hacerme recordar mis tiempos del insti.

Lan dijo...

No tuve tu naturalidad. Pero la experiencia que cuentas es muy buena y muy normal el modo de resolverla que tuviste. Es gracioso que, una vez lanzada, casi tuvieran que pararte.
Gracias.