El maestro de Agüero, famoso por la portada de la Iglesia de Santiago, se le reconoce, en todas las obras en que intervino, por su firma: una Salomé bailando con el cuerpo contorsionado en uno de los capiteles de sus portadas. Llama la atención esta bonita forma de firmar. También, el que la puerta de la iglesia la custodien dos cabezas de dragón. El uno tiene a un hombre prendido por una pierna y, el otro, a una mujer prendida por las dos. ¿Ilusión de que el hombre puede escapar a su destino y que la mujer no? ¿Quién sabe?
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4 comentarios:
bueno, eso que te preguntas, por una pierna o por las dos, jajaja, pues no se me hubiera ocurrido pensarlo, pero ahora que lo dices...
es una pena que al clicar en la foto, ésta no se vea más grande, ya que no se aprecian bien los detalles.
Lo de la foto ya está arreglado.
Pero, lo del hombre y la mujer, creo que no tiene arreglo. :-)
ah, muchísimo mejor así lo de la foto.
efectivamente salomé toda una gimnasta
;-)
los dragones zampándose los humanos no están en la foto ¿verdad?
yo no los veo
Ya sacaré unas buenas fotos de los dragones la próxima vez. ;-)
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