15 de septiembre de 2009

Literatura de compromiso


No soy buen orador, ni buen recitador, ni siquiera buen lector de lo que escribo. Siendo, según parece, la escritura la más aceptable de mis habilidades, no consigo que lean lo que escribo mucho más allá de una docena de personas, y ésos, a base de regalarles los libros y rogando que, aunque sean personas cultivadas, les dé el destino ocasión, paciencia y tiempo de leerlos y, si coincidimos en algún momento, un instante para decirme lo que les parecieron. Esto mío es literatura de compromiso, no por ideas sociales avanzadas, sino porque comprometo a todos mis amigos a que la lean.
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8 comentarios:

lohengrin dijo...

Pues chico,a mi me ha encantado el compromiso.El ABAN no lo pude dejar de mano y callo en una sentada y el CASTRO BONAVAL,necesitó alguna sentada mas,no sólo por su tamaño sino también por mis ojitos que no dan para mas,pero me enganchó del todo,y lo leí en un tiempo record dadas mis condiciones visuales...
Espero ansiosa el siguiente.
Besos para ambos

Flor y Nata dijo...

Si efectivamente logramos un magnífico compromiso, pero nosotros contigo, con lo que eres y lo que sientes a través de tus personajes. A mi ambos libros me han parecido estupendos. Sobre todo, he sentido una especial afinidad a Castro Bonaval...será la ternura que me produjo su protagonista.
Gracias de cualquier modo por ser parte del "compromiso".
Besos

José Luis dijo...

¿Te leen una docena? ¡Qué tío, eso es una proeza!¡Puedes estar orgulloso! Yo llevo arrastrándome a los pies de mi hermano solo para que me diga si merece la pena que siga escribiendo, en fin, por tener una referencia, y ni por esas... a mi me han encantado tus dos libros y soy un fan diario de tus pensamientos en los dos blogs, la banderita de EEUU está en tu "marcador" acompañándote desde SFO. Escribir, lo mires como lo mires, es un placer solitario, a veces el mejor. Un abrazo

Lan dijo...

Lohen, qué bien que te gustara esta literatura de compromiso que practico ;-)
Al menos me quitas un peso de encima...Hacerte leer un par de libros teniendo los ojitos tan blandos es casi una crueldad.
Pero eso de que ya esperas el siguiente...no será un poquito masoca por tu parte...
Un abrazo.

Lan dijo...

Flor y Nata, no te dejes confundir por los personajes. Hay gente que ha escrito bien y creado personajes enternecedores o ejemplares cuando ellos no eran ni lo uno ni lo otro. Afortunadamente el juicio sobre un libro se ciñe a él y no a la persona que lo escribe que vaya usted a saber del pie que cojea o si cojea de ambos pies y manquea de ambas manos ;-)
Gracias por tu amable comentario hacia esta literatura de compromiso. :-))
Besos.

Lan dijo...

Zocato, veo que tengo más suerte que tú. Me has recordado aquella poesía que seguro que te harían aprender de pequeño que empezaba:
"Dicen de un sabio que un día,
tan pobre y mísero estaba..."
¿La recuerdas?
Te agradezco mucho el seguimiento que haces de estas cosas que se me ocurren con mejor o peor fortuna.
Y sí, es un placer solitario del que no se debe esperar nada que no sea el entretenimiento y la satisfacción propia y, en algunos pocos casos, ajenas. Aunque, cuando lo segundo ocurre, uno se encuentra especialmente satisfecho.
Un abrazo y gracias.

Paz Zeltia dijo...

unha sinxela humildade carente de artificios simulados se desprende do texto que escribiches. con humor e ternura.
duas cualidades que se atopan tamén nos teus libros.
(e moitas palabras descoñecidas! jajaja)

Lan dijo...

Veo que has captado plenamente el sentido humorístico de la literatura de compromiso que cultivo con tanto interés.
Muchas palabras desconocidas son como las delicadezas del lenguaje, palabras que no se leen todos los días. Setas extrañas que se encuentran por los bosques de palabras, diseminadas como sorpresas entre lo monótono de las letras negras y lo mecánico de las partes de la oración que, como todo el mundo sabe, son, por otro lado, cosas imprescindibles. ;-)