
Del fumar se dice que hace daño a bronquios, corazón y pulmones; del beber, que perjudica al aparato digestivo; de otras substancias, esas que llaman drogas, como si las anteriores no lo fueran, se dice lo peor… Seguro que todo será cierto. Pero también lo es que, las personas, nos agarramos a cualquier lenitivo que suavice nuestro paso por la vida. Y, en este ambiente de continuos consejos sanitarios, lo que no comprendo es cómo no se advierte de los daños irreversibles al cerebro causados por el discurso político y del riesgo en que se pone al cuerpo entero trabajando.
6 comentarios:
Ahí le has dao,hermano.A ver si le damos todos y esto tiene algún apaño.
Un abrazo
Todo tiene apaños, eso sí, apaños. Y todo lo tendrá porque si los arreglos se vetan los apaños surgiran sin veto posible.
Un abrazo, flamenca.
menos mal!
ya estoy hasta el moño de tanto encomiar el trabajo como virtud!
si es malo,
yo siempre lo digo.
Pues ya lo estás viendo, Zeltia. Y, sobre todo, algunos. ;-)
Yo vi, no me lo dijeron. Las condiciones en las que trabajan y trabajaron los mineros (hombres y niños, u hombres-niño)en el estado y ciudad de Zacatecas.
Su piel, sus ojos, sus cuerpos dan cuenta del riesgo de ese ingrato trabajo.
De lo poco que conozco, las entrañas de una mina son uno de los sitios mas peligrosos para trabajar.
Más bien me refiero, Piel de Letras, a la creciente voluntad que existe de preservarnos de todo mal, sanitariamente hablando. De preservarnos de cosas, seguramente nocivas, pero que hacen la vida más llevadera.
Sin embargo, en lo que tú dices, llevas también mucha razón.
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