15 de enero de 2010

El placer regalado

Algunos placeres se pagan, se logran, se roban con engaños, embelecos, artimañas o astucias, o, raras veces, simplemente se encuentran. Imagino a quienes escriben ganando en libertad, o me fascina creerlo, cuando escribo. Porque no se espera pago, ni es un ganapán la actividad, y porque no tiene sentido arrebatar lo que se regala de antemano. Si resultó un placer o no, quien lee lo decide. En cualquier caso, si en placer pasajero se convierten las letras, será siempre una entrega fugaz: un placer regalado a algún desconocido. Quizás reúna el morbo, paralelismo y parecido de otro tipo de entregas.

5 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

nunca lo había mirado así...
pero me hiciste recordar alguna vez que, con un libro en las manos, después de sentirme particularmente identificada
o admirada,
o absorvida,
por un párrafo,
levantar la cabeza y mirando nada, sentirme "conectada" de algún modo con el autor o autora,
esos desconocidos.

los adornos, collarcitos etc, son de mi gusto

Paz Zeltia dijo...

bueno, vale, absorbida esa v al lado de la b es un pelibro

Lan dijo...

No sé si a más gente le costará evitar ese error del absorber pero, en mi caso, es uno de los que más que ha costado corregir. ;-)
Lo otro, lo del placer regalado, me parece evidente.

Flor y Nata dijo...

A medida que la edad se instala en ti, te vas dando cuenta de que lo único que tiene sentido, lo que verdaderamente te hace sentir plena es lo que se regala, lo que se intercambia de forma espontánea y lo que de manera natural te lleva a entrar y salir constantemente de la vida sin pedir nada a cambio y sin embargo, recibiendo tanto.
Besos*

Lan dijo...

Estoy seguro, Flor y Nata, que sabes mucho de regalos.