Acoplado el aire a las retamas
se hace silbido el viento
y bate las jaras.
Dos perdices lo rasgan
desde arriba
con el filo romo de sus alas
y con ruido de sedas
siegan las dos perdices
la grisura del alba.
Pasa un segundo y tras su estela
nada pasa.
Acoplado el aire a las retamas
se hace silbido el viento
y bate las jaras.
4 comentarios:
un instante [tan desconocido pero que puedo imaginar]
y que linda esta manera de medir las palabras
Hay muchos instantes así en el campo, Zeltia. Luego vuelve el instante anterior y sueñas que nunca viste lo que viste o, que si lo viste, también fue un sueño.
Bos días Amicus:
:-D´
Qué bueno, cuánto con tan poco.
Breves saludos.
Son intentos, Beato, de expresar lo que se siente en un segundo.
Gracias.
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