Paso la vida defraudando a la gente y ya, de viejo, con más descaro. Porque, en el fondo, tanto me da que me quieran o no, que me alaben o me vituperen, porque lo que se vive no puede compartirse aunque se quiera. Porque ya es uno granado para buscar, en corazones ajenos, las esperanzas que no anidan en el propio y porque escribir, qué coño, es decir lo que a uno le peta sin ese diseño, buena fe y exquisitas maneras, tan de moda, por ese prurito que tenemos todos de demostrar lo mucho que sufrimos.
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12 comentarios:
Bos días Lan:
Vale, contamos contigo y con Reverte... bd:-D´
Breves
Logo DEIC amicus...
Gracias, Beato.
Tómate algo de mi parte.
Saludos :-)
lo que se vive no puede compartirse aunque se quiera
ya, pero aún así, algunas personas continuamos necesitando que nos quieran.
Quisiera que eso no me importara.
No sé si sería más feliz,pero seguro que me ahorraría una buena cantidad de horas de melancólicas nostalgias.
Seguro, Zeltia, que la mayor parte de quienes te conocen te quieren. Y eso, si te gusta, pues ya lo tienes.
Pero, no sé si reconocerás conmigo que, para escribir, hay que ponerse algunas veces el mundo por montera.
Bicos.
para escribir y para más cosas.
esa necesidad es otra forma de perder libertad, claro.
Menos mal que, al menos, no necesito que todo el mundo me quiera
saludos, desde la lluvia.
Seguro que te quieren sin proponérselo, Zeltia. Hay gente a la que se le quiere porque sí.
Saludos de estos páramos que ya empiezan a helarse por las noches.
Oye, Lan, si vais Beato y tú a tomar algo con Reverte, ¿me puedo apuntar?
Con Beato y conmigo seguro. Lo de Reverte no lo tengo tan claro.
Saludos, Ángeles.
Pues dicho queda. Y Reverte se lo pierde, je.
Saludo.
Eso, que sólo se puede contar con los que están.
Saludos, Ángeles.
Yo quiero a Zeltia y te quiero a ti. ¿Qué le hacemos?
Soy una querendona, selectiva pero querendona.
Tampoco necesito que todo el mundo me quiera. NI QUE FUERA MONEDITA DE ORO. Jejeje
Hasta me divierte a veces caerle mal a alguien de manera gratuita (y no tan gratuita a veces)
¿Cómo que qué le hacemos?
Pues nada, Piel de Letras, teniendo hecho lo difícil, seamos felices.
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