“…que todavía es consuelo en las
desgracias hallar quien se duela dellas” (Cervantes)
No era amigo de contar desdichas
excepto cuando las narraba a desdichados, porque éstos se gozaban en oírlas
considerando que quien tales cosas contaba de otros infortunios entendía bien
los de ellos. Y siempre terminaba sus tristes relatos dejando una puerta
abierta para que por ella saliera la desgracia. Y, pareciendo más versado en
desdichas que en versos, todos le tenían por un hombre bueno y no por un poeta
y, de este modo, curaba heridas ajenas y olvidaba las propias. Que la realidad
cotidiana, sin infortunios añadidos, era suficiente para quebrantar de continuo
el ánimo de aquel empedernido narrador.
2 comentarios:
es que siempre entiende mejor quien ha pasado por lo mismo.
biquiños,
Por eso al leer a Cervantes uno se da cuenta de que la vida fue siempre igual y todos vamos recorriendo caminos similares, con más o menos conciencia de ello.
Bicos.
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