La Navidad del viejo es una luz
artificiosa del invierno con la que, cada año, nos empeñamos en iluminar recuerdos empañados, más soñados que ciertos, suavemente distorsionados en
aquella claridad que la niebla del tiempo tornó opaca. Y nievan a la fuerza, en
cada ocaso de diciembre, los copos blandos de la añoranza, como si las cabezas los
necesitaran más cuanto más canas, y abrazamos la idea, perenne y senil, de que
la vida era entonces mejor que lo es ahora ésta que se nos consume. Y en los
días del frío, lobos auguradores de la marcha, soñamos con volver.
27 de diciembre de 2012
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9 comentarios:
"Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez."
Lindo tango ¿verdad?
F.A.N. 2013
Lo conozco desde chico. Sí, lindo tango.
Pero lo de F.A.N. 2013, no lo entiendo.
Saludos, Insumisa.
Feliz Año Nuevo 2013 = "F.A.N. 2013"
Gracias, Insumisa.
Te deseo lo mismo.
En los sitios donde no nieva parece que es menos Navidad, pero la nostalgia cae igual, en copos blandos sobre la cabeza.
Es cierto, Ángeles. Además estas fiestas parecen un repaso de faltas y de ausencias, como si deseáramos que nuestro mundo pequeño no hubiese cambiado.
Exacto.
que texto tan lindo.
[yo no tengo tan lindos recuerdos como para añorarlos.
Más bien añoro lo que nunca viví y siempre soñé]
Es casi lo mismo, Zeltia.
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