22 de noviembre de 2014

Prodigio

Aunque no lo parezca, estás ahí. Tan bonita y tan humilde, tan cerca de la tierra y del cielo, tan inesperada, tan oculta, tan sencilla y tan dulce. Y nunca me canso de buscarte porque sé que aparecerás como un milagro cotidiano. Y serás la misma que ayer, la misma que hace años, idéntica a ti misma. Y sentiré la misma emoción al encontrarte que se siente ante lo más inesperado, porque la suerte de ver la luz todos los días es el mayor portento que sucede, aunque todos lo den por ordinario.

6 comentarios:

Ángeles dijo...

¿Miraste debajo, a ver si había un gnomo?

Lan dijo...

Sí, Ángeles, pero tenía forma de gusano y se negó terminantemente a hablar conmigo por haberle dejado sin paraguas. :-)

Descalza dijo...

:D


Lan dijo...

Así me quedo yo cuando la veo, señora Descalza.

Descalza dijo...

Sucede, que siempre me emociona encontrar setas (ahora se que las que tienen forma de sombrilla son setas). En una de las visitas que he realizado al centro de mi país, en las zonas húmedas particularmente de Michoacán, hay muchas variedades. Tomé fotos de algunas. También de las mujeres indígenas que sobre una manta extendida en el suelo exhiben y ponen a la venta montoncitos de setas de diferentes tamaños y colores.¡Fue muy lindo!
Gracias
;)

Lan dijo...

Buscar setas, antes de que la moda elevara la micología a religión, fue cosa de personal humildes de los medios rurales.
Hoy, dicen que por cultura, gastronomía y ocio, hasta los pobres terminarán pagando una licencia por el privilegio de poder recogerlas.
Así son las cosas, señá Descalza.