14 de marzo de 2015

Mirador

Alguien, en un roquedo sobre la depresión del Henares, ha construido un mirador. Todo material de vertedero: maderas, tejas, mosaicos, azulejos, ladrillos, ferralla y quincallería abandonada. Lo descubrí un día brumoso.
Subo a menudo y, quizás, un día localice al desinteresado arquitecto de lo abandonado y pueda hablarle. Puede, también, que jamás sepa de él y que las razones de su obra permanezcan tan ocultas para mí, como para él mi admiración y mi sorpresa. Pero la impresión de su obra surgiendo del breñal, delicada y anónima, iluminó, con un haz de ilusión, aquella mañana yerma de niebla escupidora.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

El impulso de crear y hacer es inherente al hombre. Algunos lo resisten o lo tienen adormecido, otros no lo pueden acallar.
Esta muestra es sorprendente, y tu texto inspirador.

Lan dijo...

Así que, Ángeles, seguramente por eso algunos no paramos de escribir. Pero, he de reconocer, que esto de darle a la tecla es más descansado que subir todos esos materiales a tal paraje.
Es cierto que también subo allí, pero sólo tirando de mi cuerpo, sin otras sobrecargas. Y ya me vale. La cuesta tiene un buen sofocón.