12 de mayo de 2015

Poda e injerto

Parece que la política ha tenido siempre, entre otros fines nobilísimos, gran eficiencia para blanquear delitos. No por esto cabe pensar que los políticos sean delincuentes, la mayoría son sólo encubridores. Y mientras es lícito que muchos se declaren no culpables de crimen alguno, no lo es el que no asuman la responsabilidad de lo que hicieran sus subalternos. El desconocimiento de las propias responsabilidades no exime de su cumplimiento y alegar ignorancia es asumir el descontrol.
Los votos difícilmente cambiarán la deriva económica de Europa, pero es fácil relevar con ellos a delincuentes y cómplices activos o pasivos.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Y qué infantiles resultan. Sólo les falta decir: "Yo no he sido, maestro, ha sido éste", haciendo pucheros y señalando al compañero con el dedito.

Lan dijo...

Lo peor es que imaginan que los votantes son párvulos que nacen a la vida cada cuatro años y a los que es fácil hurtar el raciocinio. (Y, en muchos casos, llevan razón. Eso es lo triste.)