26 de abril de 2017

Bosques


Comprimen la luz y dilatan las sombras. Mudan el sonido del viento. Estrenan, cada año, alfombras nuevas. Cobijan igual a la oropéndola, a la víbora, a la liebre, al tábano o al zorro. Acompañan en la soledad. Dan al sol flores y a la sombra líquenes y hongos. Prestan crujidos a los pasos, ecos a los sonidos, misterio al canto de las aves, agua a los manantiales, apoyo al suelo, calor y sombra al mismo tiempo. No te molestarán con su conversación pero te sugerirán miles de pensamientos silenciosos. Nunca te reprocharán tu ausencia y rociarán de seda refrescante tu mirada.

8 comentarios:

Anónimo dijo...


¡Oh!, me encantó.
Se nota que los frecuentas por lo bien que los conoces.

Sara dijo...

Ufff, te ha quedado genial... supongo. Porque los bosques, que yo recuerde, solo los he visto por la ventanilla del coche... Lo siento, Lan, soy mujer de asfalto con premeditación y alevosía. Pero reconozco la poesía en cuanto la veo. Los bosques, no; pero la poesía, sí, y eso es tu texto.

Saludos.

d:D´ dijo...

Busqué bosque y me encuentro esto; una espléndida prosa (poética) que sin rima necesaria me cuenta y habla ──como no podría ser de otra forma── qué, de quién habla es más que eso: Excelente ──a veces── me parece poco.
Es usted un loco escribiendo y aunque ando yo con poco tiempo no deseo por eso no releer hasta tres veces mínimo que si lo dice es porque no sólo los conoce, sí, además se adentra aunque tenga por costumbre (y he aquí la contradicción que(me) embarga, aunque a otros soletanos, pucelanos o también palentinos, les pasaba) usarlo a tiro hecho. Supongo que a veces.

Pues por eso, meu, ese anacronismo, siendo tú, hombre de letras y posiblemente mestizas, que sigas tirando de escopeta allá por dónde pasas; allí por dónde pisas.
Eso me atiza, por aquello del encerado que conocíamos...(Y qué puntería tenía aquel maestro, el muy jodido; atizando, o borrador incluido.Éste sí qué dolía si te alcanzaba, aunque nunca tuve tal infortunio)

Y yo, medio, o sólo onvre contradiga en tus palabras que no sólo (nos) llevas al bosque; también lo traes y tanto que llevo la mañana viajando por entre ése que relatas.
Te doy la lata (qué *cole o no) de nuevo: Espléndido, siempre.

​Pero con lo otro me matas​
:)´

Lan dijo...

Sí, Palomamzs, estoy un poco asilvestrado. Pero me viene desde niño y ya tiene mala solución. Me alegro de que te gustara.

Lan dijo...

Bueno, Sara, supongo que, en nuestro tiempo, es obligatorio conocer el asfalto, al menos, tanto como antes lo era conocer los bosques. En los bosques y, en general, en los espacios abiertos del campo se puede contemplar el equilibrio natural entre los seres. Así que contemplar todas esas cosas nos ayuda a pensar.
Gracias por tu comentario.

Lan dijo...

Amigo Beato, ya ves, todos, creo yo, vivimos alguna contradicción. Quizá la vida sea eso: una contradicción. Pero en ella (en la vida y en la contradicción) nos defendemos como podemos. Que, a veces, presas y apresadores venimos a ser lo mismo. A veces, los apresadores, sin tener conciencia de ello.
Como siempre aprecio mucho tus comentarios y siempre sé por dónde vas.
Un abrazo.

Ángeles dijo...

Quiero ir al bosque.

Lan dijo...

Ángeles, como dijo el señor C.J. Cela "...La Alcarria es un bonito país al que a la gente no le da la gana ir...", pues igual nos pasa con los bosques, los tenemos a miles, pero están ahí, esperándonos siempre.