Vámonos sólo un poco. Lo
necesario para que nadie nos encuentre. El uno con el otro. No lo digas. No
vaya a ser que alguien sospeche. Si llaman, nadie contestará. Si no llaman, no
les añoraremos. Ambos sabemos que nadie nos quiere. Sólo son apariencias para
un rato, cumplimientos, aspavientos familiares, cosas bonitas para el que las
hace pero, en realidad, ficticias. Los dos sabemos que estamos solos. Y, ya que
es así, que nadie nos perturbe. No rindamos a esos pasajeros momentos de cariño
oficioso, efímero, cumplidor y educado, nuestro calor constante y natural de
siempre, el que perdura.
18 de abril de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Me encanta este texto. Me recuerda a la Oda a la Vida Retirada de Fray Luis de León, pero en pareja. Preciosísimo.
Estar solos juntos es una manera exquisita de estar. Y hay que protegerla de quienes sólo saben estar de maneras más vulgares.
Me encanta huir. Pero no siempre puedo.
Este también me gustó mucho.
Bonito ese uno con el otro, auténtico y sí se está bien, para qué buscar ni nada ni a nadie más. Lo auténtico es un tesoro, hay que cuidarlo y no añorar lo que nada nos aporta.
Saludos
El tiempo es lo único que verdaderamente tenemos y mejor pasarlo a gusto con quieres, no con quién debes.
Un placer volver por aquí y encontrar este texto tan bonito.
Sara, no sé yo, Fray Luis, Fray Luis... Aunque puede que le fueran las parejas. :-) ¡Qué digo? Casi seguro.
Me alegro de que te haya gustado.
Gracias por tu comentario.
Ángeles, mucha gente se pierde en ese estado tan famoso de "la soledad de dos en compañía" pero, por suerte, hay otros modos de estar en compañía.
Palomamzs, me parece que a huir también se va aprendiendo con el tiempo, aunque hay que tener vocación de fugitivo desde joven. Me alegro de que te gustase.
Conxita, es bonito conservar lo bonito que poseemos porque todas las posesiones son efímeras y, como máximo, pueden durar sólo una vida.
Saludos.
Metalsaurio, la vida, entre el querer y el deber, nos pone de continuo en compromisos. Pero es bueno aprender a deshacerse de los compromisos con educación y habilidad. Es cierto que tenemos el tiempo pero, a medida que la vida pasa, se va reduciendo y uno se va volviendo tacaño y no se resigna a pasarlo con cualquiera.
Gracias por venir por aquí.
Muy de acuerdo, más vale soledad de dos, que compañías no sinceras.
Un abrazo.
No es que no sean sinceras, Sara O., algunas compañías, es que la mayoría son siempre pasajeras porque pocas personas gozan de una compañía constante y amorosa.
Publicar un comentario