26 de mayo de 2008

Vino tinto


El buen vino tinto no merece menos que un largo beso. Suele ser muy callado y, a no ser que le beses demasiado, no delata tu amor por él abiertamente. Claro que, si te pasas mucho con los ósculos, es capaz de tornarse desvergonzado y sacarte los colores donde sea. Pero, a pesar de todo, muchos le consideran la mejor bebida y la más noble para quien de igual a igual le trata, con respeto.

3 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

Yo bebo vino. Compartir una botella de vino estimula la conversación y crea lazos de amistad. Y la comida... la comida no es lo mismo sin el vino.


Sabes que no tienes poder sobre tu destino.
¿Por qué esa incertidumbre del mañana ha de causarte miedo?
Si eres sabio, goza del momento presente.
¿El porvenir? ¿Qué te puede traer el porvenir?

El sorbo de vino es presente constante, no hay más futuro en él que la persistencia en el goce y la mirada lúcida hacia nuestra propia finitud.
OMAR KHAYYAM el poeta del vino

Lan dijo...

Prefiero renunciar a la comida más refinada si no la puedo tomar con un buen vino.
La conversación con la mujer amada el vino la prolonga y, en la soledad de dos en compañía, templa los corazones y facilita los sentimientos.

Anónimo dijo...

-¿Jesucristo para quien vino?
-vino para todos