26 de abril de 2009

La urna


Amadeo sobrevivió a su tía Joaquina que, por morir su madre al nacer él y por morir su padre joven, hizo de madre durante su infancia y vivió con él incluso de casado. Joaquina terminó su vida en una residencia de Zaragoza, con gente de alcurnia, pues las relaciones con la pareja se deterioraron por su imperioso carácter. Al sobrino le dejó el último encargo: arrojar sus cenizas al Ebro.
Amadeo pasó un mal rato, la urna no se abría y tuvo que romper discretamente el recipiente contra el pretil del puente. Luego volaron las cenizas. ¡Joder, qué encargos!

7 comentarios:

lohengrin dijo...

Con lo fácil que habría sido donarse a la ciencia...Que manía c tenemos con contaminar los ríos,los mares y hasta las narices de los finados.

Lan dijo...

Sí, a todos nos apetece un final romántico. Cómo si fuéramos seres de cierta trascendencia y a alguien le importara lo que sea de nuestros restos. ¡Qué trajín con las cenizas, señor!

Paz Zeltia dijo...

pues es dificil deshacerse de ese tabú del cuerpo post mortem... algunos se amparan en que los seres queridos sufrirían...
yo hago ejercicios para donar mi cuerpo, y todavía no apruebo. la razón me dicta lo correcto, lo sensato. y ese sentimiento atávico absurdo me hace la puñeta

Lan dijo...

Zeltia, mi testamento vital está hecho. Lo que valga para trasplantes, el resto para que practiquen o se entretengan los estudiantes de medicina.
No habrá cuerpo, no habrá exposición, ni ceremonia, ni rito ninguno, será como apagar la luz y aquí no ha pasado nada. Que, por otro lado, es lo que siempre ocurre.

Paz Zeltia dijo...

Éso es lo que a mí me gustaría hacer. Creo que es lo razonable, y lo que está bien de acuerdo con mi moral.
pero lo voy delatando.
por algo será.
lo que te comenté, supongo.

Paz Zeltia dijo...

dilatando, quería decir.
delatando también.

Lan dijo...

En las provincias manchegadas se llama testamento vital. Lo haces y te olvidas queda informatizado a disposición de la SS en tu historial médico. Cuando, llegado su momento, lo terminen de ejecutar a ti ya te dará igual y... te habrás salido, al menos post mortem, con la tuya. ;-)