10 de junio de 2009

Retreta


Al toque de retreta se pasaba lista. El sargento Poley era un andaluz menudo, delgadito y atildado pero con muy mala leche, que vestía con garbo y donaire chulesco el traje de paraca, como si de siempre éste hubiera hecho juego con su cuerpo rumboso. Según pasaba lista, con su seseo y su gracejo sorbe sílabas, iba diciendo:
- A ve, Salvadó Garsía Pardo
- A ve, Jesú Lope Renale…
Y la compañía esperaba que le llegara el turno al vasco Kepa Urrutikoetxea Laritgoitia porque entonces el sargento, tras rascarse el cogote mirando el papel, invariablemente decía:
- A ve, ese, ¡coño!, er difisi.
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2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

muchas y buenas anécdotas de la mili he escuchado, como ésta tuya.
(ya sabes "historias de la puta mili")
si, fíjate tú, ahora que ya no hay que quitarse de encima esa losa, hasta os podeis permitir un puntito nostálgico...

Lan dijo...

Más que nostalgia hay cosas graciosas que no se olvidan. No sé si recuerdas al Sevilla, el de a toas... a toas...
Cosas así. Inocentes.