27 de septiembre de 2009

Mimetismo


El niño tenía tres años. Aquella mañana sus padres y tíos habían pasado a Portugal. Iban a iniciar un viaje por el país y lo comenzaron por la bella Évora.
Sentados en una terraza junto al templo romano que hay en el centro de la ciudad hablaban animadamente los adultos mientras el niño se aburría e incordiaba.
- ¡Quiero fanta!
- Ve y pídela en la barra.
Se acercó a la barra y estuvo un buen rato observando y escuchando hablar a los parroquianos. Cuando el camarero se dirigió a él, el niño, con toda naturalidad, dijo:
- Sa posá osá cosá posá.
.

2 comentarios:

Metalsaurio dijo...

Buf, algo me dice que está basado en hechos reales, jiojio!

Lan dijo...

Sí, Metalsaurio, así fue.