12 de enero de 2011

El Banco de Satán

En el Paseo de Gracia dos hombres con pancartas están plantados delante de una sucursal del Banco de Santander. Desentonan, un viejo en silla de ruedas y un joven disertando por un micrófono, entre el trasiego de los viandantes y de los turistas a visitar las casas más artísticas de Barcelona o a comprar en los templos más selectos de la moda y el diseño. Sin embargo, ahí está ese dúo surrealista predicando, en el desierto de la multitud satisfecha, sobre este capitalismo que se devora a sí mismo y que cínicamente nos gobierna escondido bajo cualquier tipo de siglas.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

¿Qué es peor, Lan? ¿Que el capitalismo ese aceche por los rincones o que no nos importe lo que hagan con nosotros?

Lan dijo...

Sin duda, lo segundo. Porque, si no ocurriese como dices, lo primero no sería posible. La protesta habría de ser generalizada. Como no es así, cada día nos suben una décima más la temperatura. Cuando queramos darnos cuenta, estaremos cocidos. Las lamentaciones vendrán después. Así lo veo, Ángeles.