Aunque el paso del tiempo haya
deteriorado el trabajo del cantero, la sugerencia fría de esa cabeza con dos
caras permanece. ¿Quién no las tiene? Quién se atreve a tirar la primera piedra
a esa imagen toscamente trabajada que, muda, habla de lo que somos todos a la
postre e inevitablemente, queriéndolo o no, poniendo más o menos voluntad en
ello. Es verdad que quizás el cantero se quedara corto, pero el espacio físico
de un pequeño canecillo no daba para más caras. Pero, yo creo, que la mayoría nos
hacemos una idea, ¿no?
Y llaman al románico arte
ingenuo.
10 comentarios:
...Sí, hubo un tiempo que aquello que no reproducía fielmente las proporciones clásicas ya no era ni bueno ni arte; hoy parece que esto se va dejando. Pero a mí me parece muy gráfico, descriptivo y representa un resumen de una serie de factores varios, entre ellos el económico y el moral, su moral, claro.
[Seguramente es excelente y muestra claramente el valor del cantero. Mucha razón en tus palabras]
Breves
Deica
Y sí. ¿Quién no las tiene? aunque algunos preferiríamos saber/creer que la que mostramos es la única.
Un abrazo
Como otras veces, Beato, profundizas más que yo.
Un abrazo.
Sí, Insumisa, todo el mundo dice que tiene una sola cara. Puede que hasta algunos lo intenten pero, al final, quién no finge, aunque nada más sea por parecer educado.
eso si que es arte.. sin ambargo ya se ve erosionada la roca y ha perdido un poco la forma.
Ten en cuenta, Very, que llevará más de ochocientos años en su sitio. Imagina los cambios de temperatura y las inclemencias del tiempo que habrá soportado, colocada, como está, a 1350 metros de altura.
Saludos.
arte realista, diría yo... de hecho creo que tenemos más de dos caras...
cada persona somos una multitud de realidades, dependiendo de las circunstancias.
biquiños,.
Es más o menos lo que digo en el artículo, Aldabra. Los esfuerzos por ser puros suelen ser vanos.
Bicos.
Qué impresionante escultura, Lan. Impresionante a la vista y al pensamiento.
Gracias.
Está solo, Ángeles, ese canecillo, en una parte del exterior de la iglesia que casi nadie observa. Suele pasar desapercibido.
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