27 de noviembre de 2012

En la taberna del Julitón



-        Por la boca del saco no entraban las patatas.
-        ¡No jodas!
-        Nada, tuve que llevarlas a casa una a una, rodándolas. Y con alguna me vi negro para que entrara por la puerta.
-        Ya se sabe: “Hortelano tonto, patata gorda.”
-        Y eso no fue todo. Con los esfuerzos, me dieron ganas de tirar de los pantalones y, al echar mano a una piedra para limpiarme, al palpar, agarré una liebre encamada. Al zurrón fue también.
-        Y, claro, cenarías patatas con liebre.
-        Quia, la tuve que dejar para que amamantara a los cuatro lebratos que parió en el trayecto.
-        Ondiá.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Los hay con suerte...
Pero dice un chascarrillo castellano:
-Que si vas a cagar de campo, no olvides limpiarte con un canto rodado, pero mira antes no "vaiga" a estar usado.
O como aquel que yendo "pa fuera" le preguntaron "ande" iba; respondiendo que a cagar de campo. ¿Pero sin papeles? Quiá!, ni falta, él cagaba de memoria.
Breves
d:D´
- ¡Ande vaaas!
- A cagar de campo
- ¿Sin papeles?
- Yo cago de memoria...

Lan dijo...

Ya se lo diré al Julitón, Beato, que creo que de memoria anda también sobrado.
Saludos.

Paz Zeltia dijo...

Pues nunca faltan exagerados inventores de historias en las barras de los bares
(y en los juzgados)

Lan dijo...

Me encantan los mentirosos de los bares pero sólo aquéllos que inventan mentiras descomunales e ingeniosas, creo que son, en realidad, herederos de los verdaderos intentores de los cuentos que me asombraron en la infancia. Me encantan, Zeltia.

Isidro dijo...

¿Y, dónde te has encontrado a ese?, porque va para premio nobel.

matrioska_verde dijo...

de exageración en exageración y tiro porque me toca.

biquiños,

Ángeles dijo...

Qué cosas les pasan a algunos... por la imaginación, ¿eh?
Le faltó decir: como soy del campo, aquí me zampo.

Lan dijo...

Seguro, Isidro, que personajes de esos conoces tú más que yo. Aunque no creas que son tan abundantes los que fraguan mentiras tan soberbias que a uno le dan ganas de que fueran verdad.
Un abrazo.

Lan dijo...

A mí, algunas, me encantan, Aldabra.
Bicos.

Lan dijo...

Y nos la zampó a todos, Ángeles, y, además, bien gorda y se quedó tan tranquilo. Benditos cuentistas inofensivos que fraguan sus mentiras con gracia y sin hacer daño a nadie. Les envidio.