2 de noviembre de 2012

Privatización sí, pero flexible

Sin tener idea aproximada de los caninos que entran en un cuarto de kilo, la intrépida Amelita quería darse a la promiscuidad. Su madre le advirtió: “Hija, tú no reúnes condiciones”. Pero la muchacha respondía, con mohines de disgusto, que afición le sobraba. 
-        Hija mía, no socialices tu cuerpo, comprende que vas contra corriente. 
-        Pues yo no quiero privatizarlo, ¿quién es un hombre para ser mi dueño? 
-        Hay soluciones discretas. Y, además, la gente está por las privatizaciones, y más, en la cosa femenina. 
-        Pues yo, qué quieres que te diga, me quedo con la autogestión. 
-        ¡Anarquista! 
-        ¡Y tú, pedorra!

4 comentarios:

Ángeles dijo...

Es que contra la vocación es difícil luchar...

Lan dijo...

Y contra las costumbres hipócritas también, Ángeles.

d:D´ dijo...

Estupendo diálogo que me recuerda a:
"Yo lo coloco y, ella, lo quita"
[Por el juego( y el juego de mis palabras ordenadas. Recomponlas, únelas) del cartel, por el significado del texto]
Breves
Deica

Lan dijo...

Muy agudo, Beato.
Saludos.