Si te gusta el frío, madruga,
camina encarado al zarzagán, pisa los senderos escarchados, afronta la
cellisca, llora por la cencellada, deslúmbrate cegado por la nieve, rompe el
hielo de las fuentes, admira los carámbanos colgados de las tejas.
Si no te gusta el frío, utiliza
gorro y pelliza, tápate la boca y las orejas, enguántate las manos, forra de
peales tus pies, enciende el fuego, come chorizo con pan y bebe vino.
Pero, en ambos casos, te
recomiendo que hagas todo lo anterior, porque la ciencia pequeña de la vida puede
que sea sacarle tibio calor incluso al frío.
10 comentarios:
hay unas palabras preciosas que dezconozco o que he oído muy poco... aquí no suele hacer fríos extremos... somos más de fuertes vientos y grandes oleajes.
biquiños,
Claro, Aldabra, cada lugar tiene su clima. Por aquí el hielo se adueña de esta época y suele hacer un frío que duele.
Bicos.
¿Se puede hacer todo lo que dices pero obviando el chorizo y el vino?
¿Se le puede sacar "tibio calor al frío" sin eso?
Creo que sí, Ángeles. Pero seguramente, después de pasar unas horas a la intemperie, algo habrás de comer que temple el cuerpo. ¿Tal vez un buen guiso de patatas revolconas con setas?
Que aproveche.
Me apunto a las patatas y las setas, pero ¿qué son patatas revolconas? No serán picantes!
No son necesariamente picantes, pero sí muy sabrosas por el abundante pimentón.
Saludos, Ángeles.
con vino y chorizo me vale hasta el frío!
gustoume moito este texto do frío, que non frío. Para nada frío.
Sí, Zeltia, parece que al frío le van mejor las grasas y el vinazo bien tinto. Y sólo de pensarlo a uno se le pasa el aterimiento.
Si gusta o no, al frío hay que encararlo con energía, si no queremos que nos deje tiesos.
No todas las personas tienen la energía que a usted le sobra, Sara, para afrontarlo todo. Hay personas que se acoquinan pronto, pero no creo que sea su caso ni en las peores ocasiones.
Un abrazo.
Publicar un comentario