18 de octubre de 2014

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Si la realidad está constituida por los hechos y no por los deseos, si admitimos que el poder está capacitado para decidir en que hemos de emplear nuestro dinero, si consideramos que la corrupción consigue que el poder sufrague gastos y fortunas y si pensamos que la inteligencia es la capacidad de adaptarse a lo que venga, supongo que vivimos en una sociedad inteligente y realista porque vivimos adaptados al poder y a sus secuelas.
-        Sí, pero nuestra voluntad puede cambiarla.
-        Para mantenernos en esa ilusión, tenemos esa vieja muletilla: “La justicia es igual para todos”.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Es que hay cosas que, a fuerza de repetirlas, llegan a parecer verdad. Y lo dicen los psicólogos: repite ochocientas veces 'estoy tranquilo, no pasa nada, todo va bien', y terminas por creértelo. Lo malo es el mientras tanto, claro.

Lan dijo...

No se sabe adónde lleva la sobredosis de autoengaño pero la sobredosis de realidad empieza a preocupar hasta a los más insensibles, los políticos claro.
Saludos, Ángeles.