24 de octubre de 2014

La velocidad del deseo

Vivimos a espetaperros, odiamos lo lento, amamos lo rápido y, desde Internet acá, sólo nos sirve lo inmediato. Ir desempedrando calles con el huracán fulminante que todo lo atropella es lo nuestro. Ha quedado viejo eso de “el tiempo es dinero”; ahora, el tiempo, es deseo. Vivir a la velocidad del deseo es algo así como viajar a la velocidad de la luz. Toda una meta. Aunque, tal vez, tal velocidad no nos dé tiempo a plantearnos lo que hacemos, ni adónde vamos. ¿Qué más da? Seamos felices. Vivir rápido y morir en urgencias, sería un buen lema.

6 comentarios:

Ángeles dijo...

Aquí hay otra: espetaperros. Me imagino que es lo mismo que 'matacaballo', peor me la guardo también.
Este deseo de velocidad tiene su lógica: a toda prisa no da tiempo a pensar.
Y entre los que no quieren pensar, porque no les sale a cuenta, y los que no quieren que piensen, al final todos acaban queriendo lo mismo. Por eso pasa lo que pasa.
Tu lema es genial. Escalofriante, pero genial.

Lan dijo...

Tenemos los diccionarios llenos de bonitas y expresivas palabras que casi nadie utiliza y, en cierto modo, eso las hace casi nuevas.
Gracias por tu comentario, Ángeles.

Paz Zeltia dijo...

ay muy bueno lo de vivir rápido y morir en urgencias :D

Lan dijo...

Gracias por el comentario, Zeltia.

Descalza dijo...

¡Protesto señor juez!
Lo lento, según de qué se trate. Y lo rápido también. Tiene sus "asegunes".
Hay cosas y cosas.
Planteamientos sobre el cosmos y los aparecidos, la gallina y el huevo, el hilo negro y el agua tibia son y serán siempre tópicos en determinados momentos. Igual que lo que estamos haciendo y a dónde vamos. Vivir es vivir. Rápido o lento, pero ¿morir en urgencias? NO GRACIAS. :P

Lan dijo...

Se ve que usted, señora Descalza, es de las que quedan de aquellas personas que fueron educadas a la antigua. Con sus criterios para lo rápido y lo lento. Pero eche un vistazo a lo que le rodea.
Es más, dentro de poco, lo de morir en urgencias quedará para los privilegiados. Lo suyo será pegar un reventón en la calle sin ir chingando por ahí a las autoridades sanitarias.
Salud.