22 de enero de 2010

Solo

Uno necesita sus momentos. Ignora la razón, pero los necesita. La necesidad de estar frecuentemente solo siempre me acompaña. Entonces soy capaz de pensar en los problemas y también de conformarme, casi de continuo, con no hallarles solución.
La compañía es habladora y alérgica al silencio. Pero la soledad abriga, con el pensar, el desvalimiento en que nos vemos. En ella emergen como en sueños las evidencias, y graznan todas las bajezas que están afónicas en público, y, a veces, en ella, hasta tienen perdón las culpas viejas. Estar solo es como estar desnudo, algo, entre los demás, no acostumbrado.

6 comentarios:

Ángeles dijo...

Me ha gustado mucho esta reflexión, en especial la idea de que la soledad y el pensar nos abrigan.

Flor y Nata dijo...

A veces...muchas veces...es la mejor de las compañías porque uno puede ponerse frente a sí mismo entonces y reconocerse, comprenderse, regañarse y perdonarse para seguir viviendo dentro. A veces...el exterior parace un escenario en el que olvidamos, confundimos o perdemos nuestro papel. Cada vez más prefiero quedarme a solas conmigo.
Tus reflexiones cada día son mejores.
Chapeau!
*

Lan dijo...

Me parece, Ángeles, que así suele ser y me alegro de que tú, en cierto modo, lo confirmes.

Lan dijo...

Puede, Flor y Nata, que, algunas veces, nos encontremos tan aislados que la compañía más fiable sólo pueda ser la propia. Tú pareces saber algo de esto.
Muchas gracias por tu comentario pero, no olvides, que casi todo lo que escribo no es más que literatura o, simplemente, palabras a las que da sentido, si acaso lo tienen, quien las lee.

Paz Zeltia dijo...

la soledad abriga el desvalimiento?
yo me siento más desvalida cuando estoy sola. (rectifico: cuando "me siento" sola)
y las bajezas (glups) quizá afloran más con los demás, en mi caso, aunque las disimule o las oculte.
en mi propio tiempo y espacio, sin la influencia de los otros,
es como si no existiese es concepto.

bueno, leí tu texto atentamente,
y creo que lo comprendí,
pero claro, yo siempre hablando de lo mío.
casi podría escribir otro blog con todo lo que largo por ahí, en los que me abrís las puertas.

me gustan mucho tus reflexiones.

Lan dijo...

Los que tenemos la suerte de haber estado siempre acompañados tenemos algunos gustos algo deformados, como ese por sentir soledad de vez en cuando.
De lo que escribes se pueden sacar también otras ideas. Y está bien, porque todos creemos que lo normal es lo nuestro.
Gracias, Zeltia.