14 de febrero de 2015

Tentaciones del desierto

Los lugares donde sólo queda el paisaje son desiertos. Quien los conoció habitados los mira con recelo, sabe que son las bambalinas de un escenario abandonado y vacío de actores. Teme que los últimos moradores, viejos conocidos, aparezcan por donde solían y le animen a desvanecerse como ellos. Es consciente de que la memoria es también una llamada a los espectros y que aquéllos podrían responder y que, si no hay testimonios que lo avalen, es porque el añorante nunca regresó. La evocación puede rumiar en su poderoso abomaso a quienes sin precaución la concitan. Os lo advierto.

Teorema del amor

Existe la creencia de que el amor, como los electrodomésticos, es un consumible cuya caducidad dicta la pasión. Sin pasión no hay amor, se asegura. Pero, con pasión, tampoco tiene por qué haberlo. Así que, fiar en la pasión, no parece sensato.
Quizás el amor sea más parecido a un rompecabezas para dos, con tantas piezas que se tarde una vida en completarlo. Las piezas iniciales del enamoramiento son fáciles de hallar, basta con dejarse llevar, pero también hay muchas otras escondidas, en cuyo acoplamiento, aparecen sentimientos nuevos que, latentes, florecen paulatinamente y crean adicción a ese teorema inconcluso del cariño.

12 de febrero de 2015

Mente fría

Mientras contemplo la bambolla de ese acantilado que otea el mar sin esperanza y admiro el ocre camelote de la tierra tiznado de cinarras, tercamente silba entre la fusca el zarzagán helado de la sierra. En días como éste, el viento norte cambia de sitio los neveros y, a lo lejos, suena como una bramadera en las rompientes.
Añoro los días calmos de la primavera cuando las balsamitas amarillean entre los escombros del gran cerro. Pero hoy el biruji transparente taladra gabanes, vacía palabras y atenaza todo pensamiento excepto uno: “Vete a casa”.
El raso azul del cielo engaña mucho.

Profanador

Una sombra disonante corta el suelo. Oscura, alargada y traslúcida, cambia, a su paso, el tono de las piedras. La inesperada silueta quiebra sin prisas un limbo ciego, sordo, callado, brumoso y recién soleado. Busca el tributo del crúor que, tras el estampido, manchará la virginidad incruenta de otro amanecer. Es un eclipse diminuto y momentáneo, una mancha rapaz en la luz que entenebrece el campo, un borrón macabro que asusta repentina e inopinadamente al profanador. 

10 de febrero de 2015

Crup

Les decían chorlitos a los carámbanos. En otros pueblos les llamaban calamocos. Cuelgan de los tejados como colmillos que afila cada noche la lima sorda del frío de la sierra. Una escofina cuyos dientes son duros y helados como puntas de estrella.
-¡Chicos, no os comáis los chorlitos que dan garrotillo!
Todos daban la advertencia por certera. A la difteria, que mataba por sofocación atacando la garganta, le llamaban en los pueblos garrotillo (tal vez, diminutivo burlón del garrote vil) y también crup, probablemente de croup, palabreja que se dejaron por aquí los ingleses en la Guerra de la Independencia.

3 de febrero de 2015

Infundios

Los demonios carecen de compasión y de vergüenza. Su misión principal es confundir. Zascandileando, todo lo embrollan. Ante sus acciones primero viene la sorpresa, luego la suspicacia, después la duda y, por último, la parálisis.
- “Para qué vais a hacer algo, si todo es igual, si todo da lo mismo.”
Y los diablos, que no pudieron ser deidades pero que tampoco se resignan a ser humanos, emplean su mefistofélico talento en enredarnos.
No me hagáis mucho caso pero, ahuyentados por los exorcistas, dicen por ahí que han dejado la cosa religiosa y, muchos, se han metido en política. ¡Diantres!

A porta gayola

Pasamos casi la vida entera en la monótona gayola del trabajo. Antiguamente se hablaba de vocación, esa llamada ilusionante a una tarea gozosa y creativa. Hoy, sin llamada, competimos en una carrera azacanada hacia objetivos ajenos. Nuestra meta, olvidado el bien común y hasta el bien propio, es la supervivencia a secas, esa migaja desprendida del dinero generado para quién sabe quien. Y, cuando jubilan los años, desahucia la salud o la economía prescinde de nosotros, descubrimos que, como el pájaro que se crió cautivo, apenas conocemos la jaula. Y, con la libertad sin estrenar, seguimos temerosos a su puerta.

2 de febrero de 2015

A vista de pájaro

Le salen manchas ralas de canas al invierno. Los pájaros presienten las nevadas, auguradas por las primeras celliscas que blanquearon las umbrías. Y vuelan las aves temerosas, en bandos, buscando amparo en la seguridad que da la compañía. La conchesta de los primeros ventisqueros ya les ha prevenido. Si la nieve ensabana la tierra por entero, si el hielo la endurece y carga el viento, si los tres elementos se conchaban, aún menos sustento que defensa podrá ofrecer el campo. Que el temporal sea eso, pasajero. Si perdura, los pájaros intuyen que un vicario de la muerte se aproxima.

31 de enero de 2015

Los olvidados

“Fue en España donde los hombres aprendieron que se podía tener razón y ser vencidos, que la fuerza puede derrotar al espíritu y que hay tiempos en el que valor no es su propia recompensa.” (Albert Camus)

Bajó al cementerio con su abuela. A la entrada había una gran cruz. Una banda tocaba marcialmente y muchos señores cantaban frente a ella.
El niño se quedó mirándoles. La abuela le tiró de la mano.
-¿Dónde vamos?
-A rezar a los nuestros.
-¿Y dónde están?
La abuela le condujo a un rinconcillo recóndito.
-Aquí, hijo.
Clavada en la tierra del rincón había una cruz pequeña de madera, tres o cuatro claveles ajados, tirados a su pie, y un cartelito sobre ella: “Una oración por los olvidados”.

Despertando

Abotagado por el madrugón, miró el monótono sil de los terrones y, tomando por referencia un arbolillo, decidió atravesar la labor. Al empezar se le frunció el gabelo, disgustado por caminar sobre las glebas. Afortunadamente, la cinarra de la noche anterior no dejó restos ni caló. Su cabeza gacha hizo que diera con las improntas de unos carnicoles, levantó la mirada y vio correr tres espavoridos corzos a lo lejos. Dejó que el frío fuera desvaneciendo la tenue musaraña con que el sueño le velaba los ojos. El día estaba calmo y silencioso, tal que fuera una foto del evo.

25 de enero de 2015

Educando al pueblo

Debaten la mediocridad y la ilusión. Una promete seguridad, la otra propone nuevas reglas. La primera se considera insustituible: ella o el caos. La segunda ofrece otro dilema: ella o la pobreza.
¿A quién seguir? ¿A quienes llaman realidad a la conformidad o a quienes ofrecen ideales? ¿A quienes aseguran la estabilidad de siempre o a quienes desean otro orden?
Mientras muchos ciudadanos sopesan en democracia su futuro, un titular llega desde el Foro de Davos: “Hay que educar al pueblo para que elija al líder correcto.”
La frase define perfectamente lo que los poderes económicos entienden por educación.

(Titular sacado de la edición digital de El Mundo, con fecha 25/01/2015)

Poverty is cool

La educación en el bienestar ha fracasado. No es sostenible, porque la codicia de los más ricos lo impide. Era de cajón y no lo vimos.
Sin embargo, punteros gabinetes económicos han descubierto recientemente que la pobreza generalizada es viable, justa y, sobre todo, sostenible. Pues, aunque algunos ambiciosos llegasen más allá, por ejemplo, a la absoluta miseria, el sistema podría sostenerse pese a los excesos de esas élites.
Bajo el lema “Tolerancia cero a la riqueza”, la pionera Global Poverty School ha abierto sus puertas con este nítido objetivo: “La miseria, patrimonio de pocos; la pobreza, derecho universal.”

Poesía en los pies

La noche de enero le dejó al día pies de hielo. Y el zarzagán prendió la llama gélida del aire, transparente como la de un soplete. Su soflama helada y persistente fundía los ojos, soldaba los dedos y soasaba las mejillas.
Barzoneaba lentamente. Únicamente la voluntad galvanizaba sus músculos, sacando fuerza del combustible secreto que esconde la mente. Ansiaba que el sol terminara de salir y coloreara de calor el día. La cabeza quería encontrar un artificio que pusiera alas a las piernas. Quería huir, pero siguió adelante, con la certeza de que la poesía le pisaba los talones.

14 de enero de 2015

La incógnita

El modo de vestir de casi todas las mujeres me parece incómodo. Aunque imagine sus razones para vestirse así, renuncio a exponer mis pensamientos por si alguna se sintiera ofendida. No sé si lo hacen por propia decisión, por costumbre, por moda, por agradar, porque les gusta disfrazarse, para estar guapas… pero, cuando pienso en sus: conjuntos, maquillaje, peinado, uñas, joyas, lencería, escotes, bolso… y, sobre todo, zapatos de tacón, siempre me pregunto si visten así por voluntad propia.
Con el movimiento feminista, pensé que todo eso se iba a acabar pero, como casi siempre, me equivoqué. Va a más.

El camino a la virtud

Quedan lejos aquellos tiempos de la canción: “…todo lo que me gusta es inmoral, es ilegal o engorda…”
El paso de los años no borra los gustos, pero suele sedar las apetencias, volviendo al cuerpo muy poco colaborador, y, así, a la fuerza, nos vuelve morigerados. Y, entre lo que la Naturaleza nos va restando y el médico prohibiendo, no nos queda, para pasar el rato, sino hacer de la necesidad virtud y criticar, como los viejos de todos los tiempos, a la depravada juventud de cualquier época. Y es que algunas virtudes, que desconocíamos, nos parecen ahora innatas.

13 de enero de 2015

El mensaje

A un lado están ellos. Al otro, el abismo, el caos, la tensión, la pobreza, el suicidio económico, aún más punible y pecaminoso que el suicidio físico, porque nos llevaría a la expulsión del europaraíso, cuyos teutones ángeles guardianes nos arrojarían de inmediato al ominoso averno de la nada. Y eso nos pasará si usamos la democracia con libertinaje, si desoímos a sus verdaderos guardianes, si no usamos la libertad como la economía manda, si osamos sentirnos protagonistas de nuestro destino. Porque, sabedlo de una vez, la mejor decisión en una democracia responsable sería, hoy, la de prescindir de ella.

10 de enero de 2015

Innovadoras tendencias del turismo en España

Anduve por el campo inconsciente de hacer agroturismo. Caminé perdido por ciudades ignorando que hacía urbaturismo. Bebí desconociendo que hacía enoturismo. Contemplé procesiones sin pretender hacer sacroturismo. Visité cementerios ignorante del tanatoturismo. Aburrido, me tomé cuatro tapas, ajeno a mi entrega al gastroturismo. Cuando cogí la bicicleta, el vecino me vio salir de casa: “¿Qué, de cicloturismo?”
A la vuelta, cansado, paré en una tasca y pedí un bocata con un vino. Y el mesonero dijo: “¿Qué maridaje desea para el vino, pues, sepa usted, que esto es una taberna enogastroturística?”
¡M´cago nel neoturismo yen la madre que lo parió!

La nueva revelación

Hay una religión con más seguidores que ninguna. Sus axiomas no necesitan de la fe. Así, por extraño que parezca, los oficiantes están siempre seguros de ser once contra once, de salir a ganar, de darlo todo, de no poder luchar contra la suerte o los arbitrajes, de saber que la pelota, cuando no quiere entrar, no entra.
Y los fieles seguidores están convencidos de sentir sus colores, independientemente de los resultados; de que jugar mejor no significa ganar, y al contrario; y, sobre todo, de que el fútbol es fútbol y a la inversa. Este dogma no tiene resquicios.

Fallos inadmisibles

La Naturaleza inventó el cristal,  usando el agua y el frío. Bien es verdad que, cuando el frío desaparecía, también desaparecía el cristal, lo cual, bien mirado, era un continuo reciclaje que no tenía costes de producción, de recogida,  ni de mano de obra. El hombre tomó nota del invento pero, en lugar de mejorarlo de modo que se siguiera autodestruyendo cuando no se necesitara (cosa que, entre nosotros, hubiera sido lo suyo), creyó perfeccionarlo haciéndolo perenne. Y se sintió orgulloso.
¿Qué hacer ahora con el cristal que no necesitamos? La Naturaleza no admite devolución de cascos. Menuda es ella.

El bondadoso Anticiclón

La imagen de los Cíclopes que, según me dijeron, eran gigantes con un solo ojo y muy mal carácter, me hizo pensar, de niño, que un Ciclón era otro gigante de fuerza inusitada. Además, al decir popular, tenía un solo testículo, y, al parecer, airado permanentemente por su merma, hostigaba al mundo, a mala leche, con huracanes devastadores. Así que, en auxilio de los hombres, solía venir el bondadoso gigante Anticiclón, antítesis del iracundo monorquídeo. Entonces el Ciclón, corroído por la envidia mala, le decía: “Aunque tú tengas dos, eres un cojonazos.”
Enseguida deduje que Ciclón y Anticiclón eran hermanos.

23 de diciembre de 2014

Una hoguera sería el súmmum

La vela de Santiago fue de utilidad aquella noche. La eléctrica lo advirtió: corte entre la una y las 6 de la mañana. Pero mi cuerpo, como tiene por costumbre, no avisó del desvelo. Pasé un rato mirando el pabilo arder en mitad del charquito de cera derretida. La luz del fuego es distinta. No se fabrica, es original. Es la primera luz humana. Encender una vela es viajar en el tiempo. Como volver a la Edad Media, por lo menos. Y sus sombras caprichosas y oscilantes provocan muchas dudas y otros pensamientos. Una televisión antiquísima, con espacios imaginativos, personales.

Escarcha

Platea de frío el campo y llora cada rama una lágrima, primero blanca y luego transparente; cada brizna de hierba, cada piedra. Y lento, con el calor tibio de un viejo perezoso, el oro del sol disuelve el polvo de blancura. La tierra y el aire, codiciosos, se disputan el deshielo del hielo. La una lo bebe, fundido en agua y barro, y el otro lo aspira con vehemencia, sublimado en minúsculos puntos de vapor. El caminante y su perra sólo miran. Y gozan del derecho a la vida en directo, sin intermediarios. Y ambos dan fe de este milagro.

20 de diciembre de 2014

Comieron perdiz muerta

Fueron felices y comieron perdices.
Lástima que, antes, alguien hubo de cazarlas. Pero la gente sólo aprecia el final del cuento, porque lo de andar por ahí tras esas preciosas gallinitas de campo les parece funesto, un atávico atraso, un sacrilegio ecológico merecedor del más fulminante anatema medioambiental. Matar, sangrar y destripar, mejor que sean tareas para otros.
-Ay, pues a mí póngame una racioncita de tostoncito ibérico o de lechacito de oveja churra. Porque ambos serán genuinos, criados en la fresca dehesa y en los verdes prados. ¿Verdad?
-Sí, señora y matados a besos, previa sedación. ¡No te jode!

Merry Christmas

Abrumado por la apatía general que, a algunas personas, nos producen las navidades, he pasado estos días anestesiado por la indolencia. Y, desde esa cueva interna en la que uno se refugia, he descubierto repentinamente que ni en la radio ponen ya los viejos villancicos, repetitivos y zumbones. Todo son tiernas baladas navideñas en inglés, con tantísimo almíbar que empalagan.
¿Seremos ya definitivamente otro país más, indiferenciado, aburrido y bilingüe?
¿Será en inglés este año El Sorteo del Gordo?
Adiós zambomba y pandereta, lombarda y besugo.
E, incomprensiblemente, uno echa de menos hasta las cosas de las que abominaba.

17 de diciembre de 2014

Milagrosa felicitación navideña

He recibido una postal navideña que, escrita con esmerada caligrafía, dice así: “Una vez más os deseo Feliz Navidad y que el Divino Niño con su venida nos conceda Salud, Paz y Amor para saber llevar la Cruz de cada día.”
Hay personas que recuerdan el origen de la Navidad. Y no sólo son,  el Corte Inglés, la Banca y el comercio en general, las entidades que velan por ella. Algunos recuerdan que, una vez, hubo creencias. ¿Qué tendrán éstas que ver con la orgía de consumo que cada año se propicia? ¿Cómo hemos llegado a esto, don Vito?

Desvelos porque la Justicia permanezca ciega

Las evidencias no son pruebas. Las imágenes, tomadas sin el consentimiento del delincuente, no son imparciales. Así pues, grabar cualquier delito, por ejemplo, será un delito en sí. Es intolerable que los criminales se vean sojuzgados por intromisiones tan descaradas en su presunción de inocencia. Una imagen puede engañar más que mil palabras. Afortunadamente, los avances del derecho han desenmascarado muy pronto estas abominables prácticas y el gobierno, alertado por los juristas, ha promulgado esta sanción pionera en el mundo: “Prohibido grabar delitos, todo delincuente tiene derecho a no ser puesto en evidencia, la ley perseguirá a quien lo haga.”

16 de diciembre de 2014

Frentes épicos

Cuando hasta las guerras se hacen por razones humanitarias, el último reducto que le queda al alto riesgo es el deporte. Quitarles la violencia a los partidos es querer privar al sexo de pasión. Si la civilizada democracia quiere imperar también en el deporte, que se supriman las competiciones e iluminen el orbe los que tengan más socios. A ver, dónde si no, podrán liderar los machos alfa que aún en el mundo son. Sólo dominando esa esfera, metáfora del cosmos, podrá saber la Humanidad que aún existen seres superiores.
-        Perdonen, ¿vienen ustedes a la final de pimpón?
-        Cállate, bordelín.

13 de diciembre de 2014

Patafísica (Ciencia de las soluciones imaginarias)

Últimamente vienen uno tras otro a visitarme. El de la infancia, me habla de ingenuidades; el de la juventud, de torpezas; el de la madurez, de intereses. Pero sólo el de la vejez se queda conmigo permanentemente y, ese cínico, es el más implacable de mis fantasmas. Y no me pasa una. Desmonta sabiamente toda excusa para mis equivocaciones, a mis errores los tilda abiertamente de egoísmos y se burla de cualquier cosa que tenga por acierto, porque dice, el muy cabrón, que únicamente casualidades fueron y no cuentan, y que, por los errores irremediables, se purga con el remordimiento.

6 de diciembre de 2014

Cosas de casa

Setas de cardo ocres y blancas del mismo pelaje pero distintas formas y tamaños, tinta negra en palabras, el papel mil usos de otros tiempos, baldosas y azulejos hermanados en el sitio más cotidiano de la casa. Estas cosas que se hacían antes, son ahora las que más me gustan. Setas puestas a secar sobre papel de periódico en el suelo de la cocina. Las setas están ahí pero qué habrá sido de lo que decía el diario. Creo más en las setas y en pelar patatas y en hacerme con ambas un zancocho, que en cualquier otra actividad iluminada.

Bostezo

El tagarote, amonado en la atalaya de una rama, espera. El cazador sabe que ver al baharí es buen presagio. Sugiere que torcaces o perdices anden cerca. La rapaz volará si el hombre acecha, pero no lo hará si guarda la distancia. Canes y humanos, merodeando, le ojearán la caza. Graznan dos picarazas delatoras y la raposa se escurre con su hopo esponjoso por entre las aliagas hirsutas que cercan las huras del vivar lejano. Asoma el sol, cumplidor, iluminando enebros de sombras alargadas y carrascas macizas. Un vaho muy tenue, como de bostezo, sale lentamente de la tierra.