“Hallador Prudente, y Savio muy quien tu Seras
pero si este livro hallares asu dueño le bolveras y si no supieres mi nonvre yo
telo pondre áqui, Felipe me llamo de nonvre para la Virgen Servir, Soriano de
apellido para por Cristo Morir. Zafra y Novienvre 16 de 1781”
Encontré hace poco este peculiar
registro de la propiedad de un libro y del afán del propietario por recobrarlo
si lo perdiera. Seguramente son significativas estas palabras sobre la
mentalidad y cultura del propietario. Pero la donosura con que están escritas
me hace dedicarle este artículo dedicado a los “Amores librunos”.
El libro fue publicado en 1722,
así que seguramente no fue Felipe Soriano, de Zafra, su primer propietario,
pero sí el más celoso de su posesión.