21 de diciembre de 2013

Criando pelos en la lengua

La verdad sólo debe decirse a quien te hace entender que quiere oírla y, aún así, es peligroso decirla hasta a quien de tal modo la demanda. Porque la realidad que los demás perciben, raramente coincide con la imagen propia que cada uno nos fraguamos de las cosas. Así, puede darse el caso de que la verdad nos sorprenda y creamos que quien la dice nos ofende. Al contrario de lo que ocurre con el dinero, que muchos dicen no ansiarlo pero siempre lo cogen de buen grado; la verdad todos dicen desearla pero rara vez la reciben con gusto.

Signos de burla

Los sinsentidos cometidos por un falso traductor al lenguaje de signos no son  mayores, ni de tal envergadura y repercusión, que las vaciedades y mentiras que los políticos dicen a diario. Así que la traducción de sus palabras a ese lenguaje de signos, hecha por ese sudafricano en los funerales de Mandela, más que locura me parece una irónica burla. Si parece que las palabras carecen de valor para los políticos, qué más dan los gestos con que las traduzcan. Tan carentes de significado son las unas como los otros. Resumiendo, un beneficio para los sordomudos. Que le hagan fijo.

11 de diciembre de 2013

Examen de conciencia

A mis amigos, creo que como a mí, la edad nos ha hecho prudentes, pacientes y demócratas al uso, y nos ha dado un aval de distancia para una supervivencia propia que nos parece merecida. De críticos, en todo lo teórico, nos hemos vuelto inconformistas en lo material; de imaginarios luchadores, hemos delegado en otros, obligatoriamente más jóvenes, esa lucha ineludible, esa que, presumiblemente, creímos haber hecho nosotros cuando entonces. Y, lo mismo que dudo de nosotros que, de radicales, tuvimos más bien poco, dudo de quienes nos suceden porque, por desgracia, fueron educados en lo mismo y por nosotros.

La colmena

Caminan contra las penas los apenados, aguantan los defraudados, fingen los beneficiados, temen los establecidos, protestan los engañados, argumentan a favor los bien pagados, y, en este gran mercado, no hay argumento que no se justifique, ni razón que no se razone, porque la publicidad, la propaganda y el mensaje se yuxtaponen y, como es norma, triunfan si no dan la razón a unos ni a otros. La equidistancia, que a unos no quita la razón y a otros no se la da, condena a todos. Pero unos sucumben con razón y otros medran sin ella. Misterios de nuestra democracia.

9 de diciembre de 2013

Sin cuartel

Mientras uno se balancea involuntariamente al vaivén caprichoso de la angustia, recuerda lo bello e ingenioso que era idear conceptos y frases de autoayuda, máximas para dolores imaginarios o ajenos, sentencias saludables para allanar las frustraciones nimias que bachean el camino de nuestros egos desvalidos, botiquines para distancias sin final en un camino permanente. Pero, metidos en la vorágine real, lo único que parece razonable es que, de vez en cuando, la Naturaleza te dé oportunidad de descansar un poco. Y, entonces, no se te ocurren sabias enseñanzas ni para ti ni para otros. Sólo deseas un poco de cuartel.

6 de diciembre de 2013

Maquiavelo

Si la Historia tiene algún valor científico fiable, no es porque describa cosas tan variables como los conocimientos, la educación, el arte, la religión o cualquiera otra de las manifestaciones diferentes y variadas que caracterizaron a cada civilización, cultura o época, sino porque se fundamenta en el comportamiento humano, que es invariable. Así, nuestras pasiones, siempre las mismas, nos abocan de continuo al desorden y a la corrupción permanente pero, al mismo tiempo, son las que dan consistencia a la Historia como ciencia. Pero, por desgracia, los humanos somos ignorantes y desmemoriados y tendemos siempre a considerar inédito el presente.

5 de diciembre de 2013

Vegetación

Los días se me antojan fugaces y las noches largas. Ideas lúcidas me sorprenden como iluminaciones o destellos de clarividencia que, al poco, no recuerdo. Me he vuelto indolente. No espero días portadores de nuevas y mejores cosas, sino que temo que me traigan, si cabe, y siempre cabe, cambios de peor índole. Y, si a la vida me encadena una certeza, es la de que todo es manifiestamente denigrable. No tengo ganas de luchar, ni defenderme. La inercia de lo renovadamente viejo me sume en la desidia y, sin deseo de morir, tampoco siento apego por la vida.

19 de noviembre de 2013

Perros disidentes


El perro que decidió no someterse hubo de echarse al monte. Pero no se sabe de ninguno de su especie que renunciara y fuera domesticado. El indomable zorro tiene como enemigo al hombre, empedernido doblegador de voluntades, y por feroces perseguidores a otro perros domados, quizás por eso de que la peor cuña es la de la misma madera. Viendo morir a esos perros antes que ceder, me pregunto si entre el género humano existirán disidentes que prefieran muerte a doma, o si todos hemos renunciado a la libertad ante esa frase tan estúpida de ahora: “Es lo que hay”.

13 de noviembre de 2013

Sedación


Por pensar tan fuertemente en ti, te desperté.
Desde ahora acostumbraré a mi cabeza a caminar con la levedad de un gato de algodón, silenciaré el bullir del pensamiento con alas de murciélago, envolveré la matraca de mis ideas en pelo de caramelo y seda de melocotón. Rodearé con una tela gruesa y bien atada la espiga de la campana de espuma de mis miedos. Pondré sordina de merengue a mi memoria. Acolcharé con doble alfombra de plumón el roce de las pisadas de mi aliento. Y adquiriré en la mirada el poder de sedarte con el sueño.

Hurgando en la basura


Una curiosidad de nuestro mundo, repleto de información vertiginosa, es la comunicación basada en las mentiras. Algunos, de buena fe, las creen antes de olvidarlas, otros no tienen tiempo de pensarlas, no faltan quienes consideran que les viene a cuenta no dudarlas y, también, hay algunos que diariamente se entretienen en resolver, como si fuera un crucigrama, la dosis diaria de patrañas interesadas, descaradas, insolentes, ingeniosas o sofisticadas. Y en este mar nadamos con el pensamiento si es que, de antemano, no decidimos darnos por ahogados. El fundamento de la comunicación es la interpretación de las mentiras. Hurgar en ellas.

9 de noviembre de 2013

Abandonados


Me siento ajeno a las noticias políticas y económicas. El abuso intimidatorio me parece instalado en todas ellas. Política y economía han dejado de ser parte de la vida normal, han devenido en dogmas incuestionables que no admiten disidencias, que no precisan de democracia alguna para seguir adelante. Al ciudadano se le necesita para guardar las formas: votar. Luego será sujeto paciente del tinglado oscuro de decisiones de ignorada procedencia y propósito. El lenguaje se ha degenerado de modo perverso. Cualquier palabra puede ser sustituida por otra similar que signifique lo contrario y todo me suscita la ausencia de verdad.

20 de octubre de 2013

Cuando el cuerpo teme


El hombre, ya viejo, pondera, como si fuera un niño que cuenta sus monedas, el esfuerzo que su cuerpo puede administrar. Pretende calibrarlo, no quiere desfondarse. Delante tiene, como tantas veces, el campo abierto: los barrancos umbrosos y amenazadores, las solanas retadoras de los cerros altivos, la llanura ondulada de rastrojos monótonos, la espesura verde del pinar, el pardo alobado del marojal. Teme que el ánimo, que se opuso a pasar de los veinte años, camele a la mente y, el uno por la otra, terminen deslomándole en una caminata fácil para el ojo pero temible ya para las piernas.

Felicaos

Sentencias seguras pero de incierto desenlace, de indefinida duración, con apelativos de etimología griega y latina, con olor a desinfectante, en un mundo de hospitales, quirófanos, esperas, ambulancias, diagnósticos, biopsias, drenajes, catéteres, sueros, cicatrices, consultas, consejos, serosidades, sangre, urgencias, isótopos, tinciones… Es la entrada en un mundo caótico donde, entre la perdición y el vértigo de meses, ha de conservarse serena la cabeza porque, entre esa maraña mareante, sigue estando la vida agazapada y los seres humanos somos capaces, incluso entonces, de dar con la felicidad. Aunque, en esos casos, yo la llamaría, suplicando perdón a todo diccionario: “felicaos”.

19 de octubre de 2013

Traductores


(Foto de J.L. Peña)

Encandilados, palpitan y tiemblan, enardecidos y vibrantes de la nariz al rabo, esos perros borrachos, embriagados especialmente por aquellos olores del campo que a los humanos les están vedados. Hablan los canes un lenguaje gestual, de posturas, de aceleraciones y paradas bruscas, de saltos, de muestras persistentes o cambiantes y, a veces, aunque parezca inverosímil, hasta olvidan ladrar. Traducen, instintivamente, una lengua muda de aromas, tufos y rastros caprichosos que, invisible, está escrita en la tierra, en el aire y en la vegetación. Se afanan en recordar al hombre un lenguaje olvidado que ellos aún dominan: el de la Naturaleza.

13 de octubre de 2013

Estar, están.


Opinión fue, de no sé qué sabio, que en el mundo sólo había un gobierno digno y justo. Y aconsejaba a las naciones que cada una creyese que aquel gobierno era el propio y, así, sus naturales vivirían felices sabiéndose rectamente dirigidos y gozando de su justicia insobornable, amparo de los débiles y escarmiento de los poderosos que tienden, aún hoy, en algunos pagos, a acoplarla a sus caprichos. Pensando así, la paz iluminaría la Tierra y los mansos gozarían la bienaventuranza de poseerla mancomunadamente. Pero nuestro gobierno hace tantos esfuerzos por desengañarnos, que es que no hay manera, oye.

27 de septiembre de 2013

Sentir


Para escribir de cosas que son inexpresables hay que mirar por la ventana, oler el aire, escuchar los sonidos, observar las nubes, ver jugar a los niños, presenciar el trasiego de la gente, oír retazos de conversaciones, acordarte de los conocidos, reconocer lo payaso que fuiste tantas veces, avergonzarte de tus errores, saber que alguna vez con certeza fuiste bueno, dejar que el corazón navegue sin mandarle y, de vez en cuando, sentir como las lágrimas viajan solas desde tus ojos a la tierra. Porque entre el aguacero de las penas la llama de felicidad arde más fuerte.

20 de septiembre de 2013

La marca España


Mientras muchos catalanes ansían seguir su propia suerte, Esperanza Aguirre propone catalanizar España.
Vemos como la cloaca incomprensible de la deuda se traga salarios, dineros de la sanidad, de la investigación y la educación y, ahora,  se dispone a vampirizar las pensiones.  Y todos somos sumisos pagadores de nuestros verdugos.
¡Viva España!, proclama Morgan Stanley, aplaudiendo tan brillante programa de gobierno, qué oportunos.
El Papa, posiblemente abochornado ante este inmundo mundo, declara que jamás fue de derechas.
Y mientras las patas de la nación se tronchan, don Juan Carlos se opera. Que tenga suerte con las listas de espera.

19 de septiembre de 2013

Limosna

 
Quizás, finalmente, vaguemos todos por ahí como desterrados de los mil lugares que un día amamos, desubicados como ciegos entre los muchos paisajes que nos sobrecogieron, impotentes como mudos para balbucear las mágicas palabras que alguna vez oímos, aislados como sordos para sentir de nuevo los sonidos de seda que nos atemperaron, insensibles como piedras a este devenir, resabiadamente escépticos ante cualquier porvenir. Puede que el olvido no sea más que un marasmo de sensaciones en el que nos hundimos, excedidos por el caudal hondo, confuso, amable y temible de tanta memoria. Esa que usamos de limosna para nosotros mismos.

17 de septiembre de 2013

Hacer compañía

-       

-        ¿Qué quieres?
-        Nada. Vengo a hacerte compañía.
La belleza de lo sencillo puede pasar desapercibida. No ocurrió. Y ella se hizo tan tibia como el sol en una solana, tan apacible como la luna llena, tan plena como un manto de estrellas. La compañía es un don gratuito difícil de encontrar, porque es pieza a encajar, a la par, en dos rompecabezas.
Luego me proyecté a mí mismo en un mañana solitario, recontándome los mil cuentos de antaño, reconfortantes siempre, y negándome, tozudo como un asno, a imaginar ni un momento el desierto de un futuro sin ella.

7 de septiembre de 2013

Casi una certeza


Últimamente tengo la impresión de que la corrupción general, sobre todo a gran escala, da seguridad y estabilidad a la gran economía del orbe y de que son los movimientos por la justicia, la honradez y la claridad los que convertirían en inseguras las finanzas globales de un país, si es que alguno se decidiera a intentarlo seriamente. Porque, en el fondo, si eso ocurriera, cambiarían tan radicalmente las reglas del juego, que se haría inviable el modo de operar de la alta política y de la economía mundial. Son demasiados siglos haciendo lo mismo. La honestidad no es viable.

Desde esta vuelta del camino


Doy las gracias a quien me enseñó a leer lo que en ninguna parte estaba escrito. Doy las gracias a quien, cuando quise saber, no me engañó; a quien, cuando pregunté, no me mintió; a quien, cuando quise aprender, no me adoctrinó. Doy las gracias a quien, con su sencillez, hizo descarrilar mi soberbia; a quien, sin yo pedirlo, me ha dado acceso permanente al almacén sin fondo de su cariño. Doy las gracias, sobre todo, a quien me hizo comprender que, tal vez, lo más difícil para las personas sea descubrir lo que cada una lleva dentro.

5 de septiembre de 2013

Humanidad


¡Malditos seáis! Porque tuve hambre y me llamasteis parásito,  porque tuve sed y me llamasteis borracho, porque era forastero y me disteis la espalda, estaba desnudo y os mofasteis, estaba enfermo y os alejasteis con asco, estaba en la cárcel y dijisteis que lo merecía, me ahogaba en la pena y no me consolasteis, os imploré y me llamasteis farsante y, sobre todo, porque el que vive en la calle a merced del azar y la intemperie, aunque reúna todas las faltas que a mí me achacáis, tiene a su favor una razón que vosotros desconocéis: la de la humanidad.

2 de septiembre de 2013

La sombra cambiante

Amanezco en el campo. Emergiendo del horizonte brota el sol como una naranja y enseña a cada ser o cosa a trazar su sombra cambiante. En alboradas y crepúsculos, mansamente, se deja mirar de frente sin herir. Y, al alba, se ansía su calor con la misma intensidad con que se le huye en los agobiantes mediodías o en la calima de las tardes. Y, al verlo ascender imperceptiblemente caldeando el relente, intuyo que es nuestra condición desear aquello que después temeremos y luego, en el crepúsculo, supongo que nuestro destino es perder siempre lo que amábamos. Nuestra sombra cambiante.

29 de agosto de 2013

Agosto


Agosto es el mes que menos pesa y, cuando queremos recordar, ha desaparecido. De tan liviano, se lo ha llevado en el pico una codorniz y, como ella, no volverá hasta otro año. Agosto es el último mes con nombre evocador, porque luego vienen esos meses numerales, acabados en “bre”, con mala leche, como si, agotados los sustantivos guapos tras agosto, alguien, precipitadamente, hubiera impuesto esos vocablos hirsutos, ordenancistas, casi marciales:
Septiem-bre, ¡firmes!
Octu-bre, ¡marchen!
Noviem-bre, ¡apunten!
Diciem-bre, ¡fuego!
Meses que, sin piedad, fulminarán otro año viejo.
Agosto no hubiera permitido cosa tal, pero se lo llevó una codorniz.

 

De una encuesta


-        ¿Qué opina de los políticos?
-        No sabría decirle.
-        ¿Son necesarios, pese a todo?
-        No sé.
-        ¿Ha conocido alguno que le satisficiera?
-        Ya no me acuerdo.
-        ¿Votará en las próximas elecciones?
-        No es necesario. Tanto da. Pueden seguir sin mí.
-        ¿Se siente representado por algún partido?
-        No me consta.
-        ¿Considera normal su vida y su pensamiento?
-        La vida normal es para otros, no está a mi alcance. El pensamiento, si verdaderamente pensamos, nunca podrá encajar con lo que nos presentan como normal.
-        Sus respuestas no encajan en mi encuesta.
-        Deséchelas. Estoy acostumbrado.

21 de agosto de 2013

Ánima, animal

 
Admiro la felicidad de los animales salvajes que ignoran siempre que la desdicha existe. Nunca padecen hambre ni sed, nunca están tristes. No poseen más que su propio ser. Nada esperan ni temen. Van y vienen, gobernando su vida, hasta que mueren. No dependen de nada ni de nadie y gozan siempre de albedrío, sin saber lo que es ni desearlo. Quizás, alguna vez fuimos como ellos y puede que, si existe un paraíso, renazcamos a una vida sin miedo. Desconocer el miedo podría ser la libertad, pero yo no sé de nadie que así viva: como un recién nacido.

20 de agosto de 2013

Piedad


Aquella mañana de finales de agosto era luminosa, tímida aún del calor, tranquila y fresca. Miré hacia arriba. Cientos de golondrinas, inesperadamente, poblaron de modo irracional el azul uniforme e infinito del cielo que ponía fondo a las torres de pisos de mi barrio. Supe enseguida que era una despedida. Y la ballesta del resorte de la comparación me atrapó tenaz por la garganta: si tú te fueras, sólo me quedaría ese azul infinito, mudo e inquebrantable, que las golondrinas dejaron tras su marcha. No te vayas, amor mío. No me dejes oteando las estelas invisibles que dejaron tus alas.

13 de agosto de 2013

La especie desobediente

Ninguna especie se muere de hambre, excepto la nuestra. Y, encima, la denominamos pomposamente la del “Homo Sapiens”. Puede que nos sobre arrogancia y, con tanta excelencia, terminemos en un fracaso global. Se dice en El Génesis: “…del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás…”. Pero comimos. Y seguramente esa ciencia bicéfala terminará, sin prisas, acabando con todo. Pero, ya sabéis, La Biblia es un cuento primitivo y olvidado y, además, como a todos nos consta, la ciencia sólo se utiliza para el bien, jamás para otra cosa. Bueno, en cualquier caso, si eso… avisados estáis.

A Federico Arcos

“Contigo río,
si ríes.
Lloro contigo,
si lloras.
Porque somos,
lo que somos;
Sentimos
como sentimos,
y, sentimos,
los dos, lo mismo.”  (Federico Arcos) 

Al leer este poema de Federico Arcos entendí un poco más lo parejas que discurren las vidas de tantos y, en esa comunión de sentimientos, me sentí dibujado con precisión. Un saludo al poeta, si llega a leer esto, y mi agradecimiento personal por haberme visto abarcado en la atinada brevedad de sus sencillas palabras.

6 de agosto de 2013

Brainstorming

Mientras camino, juego a pensar las cosas, a adivinar su devenir. Pero, últimamente, noto que las cavilaciones no me llevan a parte alguna y, menos, a ninguna ilusión que me parezca verosímil. Pensando, ideo senderos diferentes pero, a cada paso, topo con otros nuevos que surgen espontáneamente y, al distraerme de los anteriores, me aturdo, pierdo el hilo y me embrollo en una mezcla de ideas que, como cordoncillos, terminan paralizándome la mente con su caos. Al final, mentalmente inmóvil, sigo andando con la inercia imparable de la caída de los cuerpos. La tormenta de ideas no sirve en solitario.