
- Madre, ¿dónde están los moldes?
- En su sitio.
Aquel “en su sitio” sonaba con mucho retintín.
- El que guarda, halla.
Y en aquella casa se hallaba de todo y hasta el edificio, definitivamente remodelado, guarda el retumbar presuroso de sus pasos de mujer poderosa. Algunos aún los oyen.