10 de enero de 2015

La nueva revelación

Hay una religión con más seguidores que ninguna. Sus axiomas no necesitan de la fe. Así, por extraño que parezca, los oficiantes están siempre seguros de ser once contra once, de salir a ganar, de darlo todo, de no poder luchar contra la suerte o los arbitrajes, de saber que la pelota, cuando no quiere entrar, no entra.
Y los fieles seguidores están convencidos de sentir sus colores, independientemente de los resultados; de que jugar mejor no significa ganar, y al contrario; y, sobre todo, de que el fútbol es fútbol y a la inversa. Este dogma no tiene resquicios.

Fallos inadmisibles

La Naturaleza inventó el cristal,  usando el agua y el frío. Bien es verdad que, cuando el frío desaparecía, también desaparecía el cristal, lo cual, bien mirado, era un continuo reciclaje que no tenía costes de producción, de recogida,  ni de mano de obra. El hombre tomó nota del invento pero, en lugar de mejorarlo de modo que se siguiera autodestruyendo cuando no se necesitara (cosa que, entre nosotros, hubiera sido lo suyo), creyó perfeccionarlo haciéndolo perenne. Y se sintió orgulloso.
¿Qué hacer ahora con el cristal que no necesitamos? La Naturaleza no admite devolución de cascos. Menuda es ella.

El bondadoso Anticiclón

La imagen de los Cíclopes que, según me dijeron, eran gigantes con un solo ojo y muy mal carácter, me hizo pensar, de niño, que un Ciclón era otro gigante de fuerza inusitada. Además, al decir popular, tenía un solo testículo, y, al parecer, airado permanentemente por su merma, hostigaba al mundo, a mala leche, con huracanes devastadores. Así que, en auxilio de los hombres, solía venir el bondadoso gigante Anticiclón, antítesis del iracundo monorquídeo. Entonces el Ciclón, corroído por la envidia mala, le decía: “Aunque tú tengas dos, eres un cojonazos.”
Enseguida deduje que Ciclón y Anticiclón eran hermanos.

23 de diciembre de 2014

Una hoguera sería el súmmum

La vela de Santiago fue de utilidad aquella noche. La eléctrica lo advirtió: corte entre la una y las 6 de la mañana. Pero mi cuerpo, como tiene por costumbre, no avisó del desvelo. Pasé un rato mirando el pabilo arder en mitad del charquito de cera derretida. La luz del fuego es distinta. No se fabrica, es original. Es la primera luz humana. Encender una vela es viajar en el tiempo. Como volver a la Edad Media, por lo menos. Y sus sombras caprichosas y oscilantes provocan muchas dudas y otros pensamientos. Una televisión antiquísima, con espacios imaginativos, personales.

Escarcha

Platea de frío el campo y llora cada rama una lágrima, primero blanca y luego transparente; cada brizna de hierba, cada piedra. Y lento, con el calor tibio de un viejo perezoso, el oro del sol disuelve el polvo de blancura. La tierra y el aire, codiciosos, se disputan el deshielo del hielo. La una lo bebe, fundido en agua y barro, y el otro lo aspira con vehemencia, sublimado en minúsculos puntos de vapor. El caminante y su perra sólo miran. Y gozan del derecho a la vida en directo, sin intermediarios. Y ambos dan fe de este milagro.

20 de diciembre de 2014

Comieron perdiz muerta

Fueron felices y comieron perdices.
Lástima que, antes, alguien hubo de cazarlas. Pero la gente sólo aprecia el final del cuento, porque lo de andar por ahí tras esas preciosas gallinitas de campo les parece funesto, un atávico atraso, un sacrilegio ecológico merecedor del más fulminante anatema medioambiental. Matar, sangrar y destripar, mejor que sean tareas para otros.
-Ay, pues a mí póngame una racioncita de tostoncito ibérico o de lechacito de oveja churra. Porque ambos serán genuinos, criados en la fresca dehesa y en los verdes prados. ¿Verdad?
-Sí, señora y matados a besos, previa sedación. ¡No te jode!

Merry Christmas

Abrumado por la apatía general que, a algunas personas, nos producen las navidades, he pasado estos días anestesiado por la indolencia. Y, desde esa cueva interna en la que uno se refugia, he descubierto repentinamente que ni en la radio ponen ya los viejos villancicos, repetitivos y zumbones. Todo son tiernas baladas navideñas en inglés, con tantísimo almíbar que empalagan.
¿Seremos ya definitivamente otro país más, indiferenciado, aburrido y bilingüe?
¿Será en inglés este año El Sorteo del Gordo?
Adiós zambomba y pandereta, lombarda y besugo.
E, incomprensiblemente, uno echa de menos hasta las cosas de las que abominaba.

17 de diciembre de 2014

Milagrosa felicitación navideña

He recibido una postal navideña que, escrita con esmerada caligrafía, dice así: “Una vez más os deseo Feliz Navidad y que el Divino Niño con su venida nos conceda Salud, Paz y Amor para saber llevar la Cruz de cada día.”
Hay personas que recuerdan el origen de la Navidad. Y no sólo son,  el Corte Inglés, la Banca y el comercio en general, las entidades que velan por ella. Algunos recuerdan que, una vez, hubo creencias. ¿Qué tendrán éstas que ver con la orgía de consumo que cada año se propicia? ¿Cómo hemos llegado a esto, don Vito?

Desvelos porque la Justicia permanezca ciega

Las evidencias no son pruebas. Las imágenes, tomadas sin el consentimiento del delincuente, no son imparciales. Así pues, grabar cualquier delito, por ejemplo, será un delito en sí. Es intolerable que los criminales se vean sojuzgados por intromisiones tan descaradas en su presunción de inocencia. Una imagen puede engañar más que mil palabras. Afortunadamente, los avances del derecho han desenmascarado muy pronto estas abominables prácticas y el gobierno, alertado por los juristas, ha promulgado esta sanción pionera en el mundo: “Prohibido grabar delitos, todo delincuente tiene derecho a no ser puesto en evidencia, la ley perseguirá a quien lo haga.”

16 de diciembre de 2014

Frentes épicos

Cuando hasta las guerras se hacen por razones humanitarias, el último reducto que le queda al alto riesgo es el deporte. Quitarles la violencia a los partidos es querer privar al sexo de pasión. Si la civilizada democracia quiere imperar también en el deporte, que se supriman las competiciones e iluminen el orbe los que tengan más socios. A ver, dónde si no, podrán liderar los machos alfa que aún en el mundo son. Sólo dominando esa esfera, metáfora del cosmos, podrá saber la Humanidad que aún existen seres superiores.
-        Perdonen, ¿vienen ustedes a la final de pimpón?
-        Cállate, bordelín.

13 de diciembre de 2014

Patafísica (Ciencia de las soluciones imaginarias)

Últimamente vienen uno tras otro a visitarme. El de la infancia, me habla de ingenuidades; el de la juventud, de torpezas; el de la madurez, de intereses. Pero sólo el de la vejez se queda conmigo permanentemente y, ese cínico, es el más implacable de mis fantasmas. Y no me pasa una. Desmonta sabiamente toda excusa para mis equivocaciones, a mis errores los tilda abiertamente de egoísmos y se burla de cualquier cosa que tenga por acierto, porque dice, el muy cabrón, que únicamente casualidades fueron y no cuentan, y que, por los errores irremediables, se purga con el remordimiento.

6 de diciembre de 2014

Cosas de casa

Setas de cardo ocres y blancas del mismo pelaje pero distintas formas y tamaños, tinta negra en palabras, el papel mil usos de otros tiempos, baldosas y azulejos hermanados en el sitio más cotidiano de la casa. Estas cosas que se hacían antes, son ahora las que más me gustan. Setas puestas a secar sobre papel de periódico en el suelo de la cocina. Las setas están ahí pero qué habrá sido de lo que decía el diario. Creo más en las setas y en pelar patatas y en hacerme con ambas un zancocho, que en cualquier otra actividad iluminada.

Bostezo

El tagarote, amonado en la atalaya de una rama, espera. El cazador sabe que ver al baharí es buen presagio. Sugiere que torcaces o perdices anden cerca. La rapaz volará si el hombre acecha, pero no lo hará si guarda la distancia. Canes y humanos, merodeando, le ojearán la caza. Graznan dos picarazas delatoras y la raposa se escurre con su hopo esponjoso por entre las aliagas hirsutas que cercan las huras del vivar lejano. Asoma el sol, cumplidor, iluminando enebros de sombras alargadas y carrascas macizas. Un vaho muy tenue, como de bostezo, sale lentamente de la tierra.

Los perros suicidas

Los perros saltan desde el puente Overtoun atraídos por un olor irresistible. Se precipitan ante una tufarada sin dudarlo. Y beben esos vientos en el aire hasta estrellarse contra el suelo. Porque ese tafo se impone a sus sentidos y no dudan en afrontar la muerte por seguir el atrayente gulusmeo. En el fondo es la curiosidad irresistible e inmediata. Como mirar el Whatsapp conduciendo, ese irrenunciable pebetero sonoro que nos obnubila y, si no está en la mano, nos quema por dentro. Y decimos de los animales. Les superamos, olvidándonos de nuestra vida y de la de los demás.

22 de noviembre de 2014

Cagarria

Los ocres invaden el otoño y le cambian el traje de domingo al verano por otro de faena. Y con las lluvias aparecen esos seres de sabores untosos como gelatinas de las tripas del bosque y, a veces, traidoramente venenosos, de deslumbrantes nombres latinos (Dónde va a parar, de decir cagarria a Morchella Esculenta, es otro nivel). Y, como la espora está de moda, se llena el campo los fines de semana de navajeros con cestitas de mimbre que deambulan felices como Caperucita Roja, difunto el lobo. Como sus navajas llevan cepillo, el navapillo va camino de la RAE.

Prodigio

Aunque no lo parezca, estás ahí. Tan bonita y tan humilde, tan cerca de la tierra y del cielo, tan inesperada, tan oculta, tan sencilla y tan dulce. Y nunca me canso de buscarte porque sé que aparecerás como un milagro cotidiano. Y serás la misma que ayer, la misma que hace años, idéntica a ti misma. Y sentiré la misma emoción al encontrarte que se siente ante lo más inesperado, porque la suerte de ver la luz todos los días es el mayor portento que sucede, aunque todos lo den por ordinario.

Páramo

En el páramo de Villacadima no hay nadie. Es una alfombra de soledad para mí sólo. Busco mis pasos viejos. Doy con ellos y en ellos me recreo. Camino seis horas sin dolor. Las angustias entrañables ahogan al músculo. En las frondas camino sin rumbo. Y me pierdo, por si no me sintiera suficientemente desvalido. Y pienso que no existo. Y, si los lobos o el jabalí acabaran conmigo, quedaría disuelto en el paisaje. Y me doy cuenta de que estoy muy cansado por dentro. El páramo es tan bello y tan triste como la vida que abrazamos.

24 de octubre de 2014

El residente

El viejo, como aquel coronel, no tiene quien le escriba. Pero, lo peor, es que tampoco tiene quien le hable, ni quien le escuche, ni quien le lea y, casi diría, que tampoco tiene quien le mire. Bueno, le mira y le habla el personal del asilo, pero él sabe que son miradas y palabras pagadas y, si alguna no lo fuera, tampoco tiene forma de saberlo. Así que, cuando alguien le sonríe, nota que su última esperanza es la mirada pues, con los años, intuye más verdad en los gestos que fe le queda en las palabras.

La velocidad del deseo

Vivimos a espetaperros, odiamos lo lento, amamos lo rápido y, desde Internet acá, sólo nos sirve lo inmediato. Ir desempedrando calles con el huracán fulminante que todo lo atropella es lo nuestro. Ha quedado viejo eso de “el tiempo es dinero”; ahora, el tiempo, es deseo. Vivir a la velocidad del deseo es algo así como viajar a la velocidad de la luz. Toda una meta. Aunque, tal vez, tal velocidad no nos dé tiempo a plantearnos lo que hacemos, ni adónde vamos. ¿Qué más da? Seamos felices. Vivir rápido y morir en urgencias, sería un buen lema.

Casi feliz

En mi nueva profesión de azotacalles, cotidianamente desempeño con dedicación y humildad mis funciones: soy fiel al PP (pan y periódico), corredor de bolsa (de la compra), aviador de vocación tardía (aviando la casa lo justito), consultor (de recetas culinarias), experto en el corte (inglés), oficial de abastos, gestor de asuntos propios y ajenos, experto en logística y mensajería y hasta soporto el peso de la decoración. Y, me digo, eres una persona normal, adocenada, conforme con tu edad. Y, sin embargo, no me resigno a la continua mohatra del gobierno en la venta diaria de sus esperpénticas aranas triunfalistas.

18 de octubre de 2014

El orgullo y la geografía

-        Sí, señor. ¡Soy español! ¿Qué pasa?
Camino a casa, con el frescor de la noche, se disiparon algo los efectos etílicos. Y, dejando atrás honrosos vericuetos raciales, devaneó su mente con las ideas simples, ajenas al ridículo, y se acogió al sedante sentido del humor: “Claro, soy español, nací en España. Y, lo triste, es que, aunque quisiera, no podría dejar de serlo. De modo que al final, aunque me pese, soy español porque no puedo ser otra cosa.”
-        Y a ese qué le pasa –dijo uno al verle pasar.
-        Nada, que hoy la ha cogido risueña.

Entretenidos


Si la realidad está constituida por los hechos y no por los deseos, si admitimos que el poder está capacitado para decidir en que hemos de emplear nuestro dinero, si consideramos que la corrupción consigue que el poder sufrague gastos y fortunas y si pensamos que la inteligencia es la capacidad de adaptarse a lo que venga, supongo que vivimos en una sociedad inteligente y realista porque vivimos adaptados al poder y a sus secuelas.
-        Sí, pero nuestra voluntad puede cambiarla.
-        Para mantenernos en esa ilusión, tenemos esa vieja muletilla: “La justicia es igual para todos”.

11 de octubre de 2014

Los proactivos

El otro día por la tele uno de esos señores importantes, que trabajan en el Ministerio de Sanidad, dijo que iban a ser especialmente pro activos, o proactivos, en las medidas para combatir el ébola. El saber que el ministerio va a estar en favor de la actividad ante esta enfermedad me llenó de tranquilidad.
Sin embargo, pasado un rato, me dije si es que antes estaban pasivos, o pro pasivos, o propasivos y pensé que solamente habían usado una expresión nueva o poco frecuente, pero que seguirían como siempre, y, además, propasándose también en el uso del lenguaje.

La hermana paciencia

La globalización hace mundiales los problemas locales. Y, aunque los poderes reales ponen coto a cuanto no les interesa, los virus escapan aún a su control. Sin embargo, los virus, trabajando gratis y con movilidad laboral, son también partidarios de la globalización y gustan, como esos poderes, de colonizar cuanto pillan y además, siendo insignificantes e irracionales, actúan con mayor efectividad que las grandes corporaciones. Ante esta globalización biológica, nos quieren tranquilizar con protocolos que, al parecer, nadie respeta. Y la gente les observamos, como siempre, con paciencia, esa sempiterna hermana. Porque, estando mal, podemos acostumbrarnos a estar peor.

4 de octubre de 2014

Torrente 5, piqué.

So pretexto de hacer una metáfora de los vicios nacionales, se estrenó ayer el quinto episodio de Torrente. En mi opinión, visto el primer episodio de la saga, vistos todos. Que tantas personas, incluso críticos, promocionen este quinto Torrente, produce la triste impresión de que, considerándonos acostumbrados a los escándalos diarios, piensan que no nos importará contribuir, en este caso voluntariamente, a la avidez monetaria del amiguete Segura, así, en plan coleguitas. Menudo bodrio, no sé cómo los hay con tanta jeta. Menos mal que en el cine, al contrario que en la vida, tragarse una vergüenza es cosa voluntaria.

1 de octubre de 2014

La irrealidad de la noche

Confiaban los ciudadanos en la sempiterna sucesión de los días y las noches. Mas hubieron de desengañarse, como de tantas cosas tenidas por evidentes e inmutables, cuando un día los políticos les revelaron que no había noches, sino que la Tierra, al girar, les sumía en lo que propiamente eran eclipses de sol autogenerados de duración variable y que, por tanto, eran los ciudadanos los que, también en este caso, como en tantos, estaban confundidos y ofuscados. Y es que lo real es tan etéreo que no está, estará ni estuvo nunca, más que al alcance de algunos seres superiores.

28 de septiembre de 2014

Antisistema

El partido opositor le dijo al partido gobernante:
-        Deseo que tu política fracase para que los ciudadanos me voten a mí.
-        ¿Y cómo gobernarás tú?
-        Igual que tú.
-        ¿Entonces?
-        La idea es que tú caigas, sin yo hacer nada, y que, sin hacer nada, me pongan en tu lugar.
-        Pero, pasado un tiempo, a ti te sucederá lo mismo.
-        Claro, y entonces volverás a gobernar tú.
-        ¿Creerán en ese juego los ciudadanos?
-        Sí, siempre que, públicamente, sigamos insultándonos. Tanto les apasionaremos, que nos levantarán alternativamente siempre que caigamos.
-        Pero, ¿y si surge otro partido?
-        Intolerable. Eso sería una subversión antisistema.

Me mata la duda

Podados en España aquellos inoportunos brotecillos de la justicia universal y olvidada la machacona retahíla esa de los derechos humanos y otras menudencias, se ha ido don Mariano a la China comunista a hacer negocios. Sumiso ante un régimen tan democrático y humano, les ha abierto un país de grandes ocasiones, el nuestro, para la inversión, garantizándoles que no verán la luz esos odiosos y molestos contenciosos contra los prebostes de la gran potencia. Y luego se oye por ahí que los de Podemos son bolivarianos. ¿A ver si, a estas alturas, nos va a salir un PP filocomunista?

19 de septiembre de 2014

Adiós mi España querida

Se puede querer a un tonto por humanidad, pero a un bruto se le desprecia  por la misma razón. No sé si mi país es maliciosamente bruto y medio tonto.
Cuando muchos jóvenes se van, decepcionados por una nación que parece no necesitarles o, tal vez, animados por ese espíritu aventurero laboral y cultural que alaba alguna ministra, me pregunto qué sentirán hacia España.
Imagino que, desde fuera, guardarán hacia su patria el cariño que, por ser de ley, se le tiene a un hijo tonto, o el amor incondicional que profesamos a aquella primera novia, aunque nos saliera puta.

3 de septiembre de 2014

Spanish brand

-        En España no se nota la pobreza.
-        Pues la hay, aunque no abunde aún la miseria.
-        ¿De dónde es usted?
-        Soy español.
-        ¿De verdad? –y los holandeses se miran extrañados de que esté en su mismo camping y de que me defienda en inglés.
-        ¿Jubilado, tal vez? – preguntan con ironía.
-        Sí, en España después de cotizar 41 años aún podemos jubilarnos.
Los holandeses me desean un buen día y se van sonriendo, escépticamente, pensando que el único español que hay en este humilde camping del interior de Castilla, repleto de extranjeros, les está mintiendo. ¿Cómo no?