27 de junio de 2011

Maestro

Cuando dije:
-        Maestro, ¿en qué puedo creer?
Él me dijo:
-        Tienes muchas teles para escoger.
Cuando mi infantilismo me incitó a preguntar:
-        Maestro, ¿qué alternativa debo abrazar?
Él me dijo:
-        ¿Es que acaso no te basta tanta publicidad?
Pero yo, impenitente, insistí:
-        Maestro, ¿qué me debe regir?
Y, entonces, él me dijo:
-        Eso es asunto que te toca decidir.
Y yo dije:
-        Maestro, entonces, ¿para qué me sirves?
-        Para que aprendas a no necesitarme –dijo el muy cabrón. Y, con aquellas palabras, me destetó para la vida.
Yo me quedé pensando: “No sé, no sé… Estos jodíos orientales.”

26 de junio de 2011

Sin palabras

Sin saber qué decir,
callo y te miro.
Y no me inquieto,
cansado, como estoy, de oír tantas palabras,
de escucharlas monótonas, memas, reiteradas.
De oír siempre lo mismo,
tengo el alma encallada.
Sin saber qué decir,
te miro y callo,
porque de escuchar a las bocas repetirse
me siento fatigado.
No deseo que quieras
escuchar de mis labios
palabras ya mil veces pronunciadas,
escuchadas por los voluntariosos en oír,
repetidas por quienes no saben qué decir.
Déjame acompañarte en silencio,
sin conceptos abstrusos.
Que el pensamiento vuele
y remonte, como siempre,
a las palabras vaciadas por el uso.

25 de junio de 2011

Palabras yermas

A la justicia, idea interna con un sonido de infinito, la hemos ceñido el talle, y va por ahí vestida a conveniencia, la pobre, con el traje a medida de la legalidad. Utilísimo para los negocios.
La democracia, esa creencia incuestionable y salvaje en la igualdad, está enjaulada en las mazmorras de los grandes partidos. Domesticada, sirve al mercado.
A las cosas terribles las hemos bautizado con nombres aceptables. Y cada día se desvanecen más palabras, se esfuman sus conceptos por ese convenio hueco que mata a sus hijos, los significados, que son el único fruto verdadero de su vientre.

24 de junio de 2011

Del pantalón corto al largo

A mis compañeros de 2º de Bachiller deseándoles buena suerte (de arriba a abajo y de izquierda a derecha): Jesús Gilaberte, Ángel Luis Robisco, Rafael Boué, Forest, Jonás Picazo, Obispo, Ramón Salguero, Fernando Aguado, Andrés Colmenar, D. Benedicto (el cura salesiano), Wenceslao Pérez, Juan Julián Peiró, Salvador Sánchez, Tomás, José Luis Rodríguez, Francisco Javier García, Manuel López, Braulio García, Pedro Olmeda, Carlos López, Rafael Magro, José Luis Cámara, Granizo, Julián Juanas, Eloy Gil, Lucio Calvo, Gustavo Felipe y Fermín Saez.

Entonces los muchachos pasábamos del pantalón corto al pantalón largo en una etapa no muy bien definida que duraba más o menos un año. Todos, naturalmente, hechos ya unos mozalbetes, queríamos abandonar para siempre la prenda que nos aniñaba. ¿Quién no quería ser mayor, vestir como un hombre? Pero la reticencia de los padres a no perder, al menos simbólicamente, nuestra tutela; y la de las económicas madres, a no prescindir de unas prendas que aún nos valían, retrasaron nuestra puesta de largo. Esta foto muestra un momento de aquella transición.

12 de junio de 2011

Sobre el papel

Papel,
blancor ciego,
asilo de palabras,
plantel que está esperando,
sábana virgen ansiosa de bordados,
lienzo que puede valer para sudario
o para lecho amoroso de una desposada.
Eres frontón de pared enjalbegada donde rebotan letras.
Eres factura inaplazable a pagar cada día, con palabras.
Papel, en ti navego cotidianamente apenas me despierto.
Es mi débil balsa una hoja blanca,
dejo en ella marcas oscuras dibujadas,
tan débiles, someras y delgadas
que inmediatamente se evaporan,
dejándome, cada mañana,
solo contigo,
papel.

11 de junio de 2011

Poesía de andar por la calle

Una inesperada compañía siempre tiene, por inusual, algo de poesía. El monólogo inconsciente del caminante preocupado, la sonrisa del imaginativo o la mirada imprecisa del absorto, quizás oculten poemas velados por la brutal inercia de los días. También las peticiones mudas, las anónimas miradas casuales o la atención fugaz de los extraños tengan que ver algo con la lírica. Y, porque tenemos olvidado que pueda suceder, no vemos, casi nunca, como los versos vivos pasan a nuestro lado, ajenos a la rima. Porque, la poesía, lejos de vivir en los libros donde la encarcelamos, anda por ahí, a la deriva.

10 de junio de 2011

La abuela del pueblo de las mujeres con nombre de flor

La abuela Narcisa tuvo muchos oficios de mujer: criada, tabernera, verdulera, tendera y cuidadora, compatible todos con atender su casa. Casóse, parió y enviudó. Vivió 94 años.
Una vez vi que leía “El extranjero” de Camus.
-        ¿Te gusta?
-        Parece que no lo digiero muy bien.
-        Pero, tú, ¿eres atea?
-        Yo qué sé si soy tea o atea. Voy a misa con mis amigas y me lo paso bien.
Ante las escenas de amor que veía en la tele decía jocosamente:
-        Siempre me dices lo mismo.
Cuando hablaban los políticos, sonreía incrédula:
-        Por no ver visiones, me acuesto a las oraciones.

6 de junio de 2011

La generación perdida


Hemos perdido, sin saber cómo, a una generación, dicen los medios. Y parece un titular brillante. Como si una generación fuera un paraguas, que pudiéramos dejar tirada en cualquier sitio.
¿Cómo se puede haber perdido a la generación más preparada?
Es mentira. Hemos perdido, sí, la confianza en los políticos. Ellos son, con certeza, esa generación perdida, pero perdida voluntariamente, porque no han cuidado más que de sí mismos. Ellos son la generación degenerada, ellos sí que son un hatajo vergonzoso de perdidos.  Pero, los pobrecitos, están ahora muy preocupados, preguntándose si tendrán coches oficiales. Generación perdida, ya lo digo.

5 de junio de 2011

Vivir para nada

(Foto tomada del periódico Guadalajara 2000)
¿No soñaste alguna vez, de joven, con llegar a saber cómo funcionaba el mundo? A mí, sí me pasó. Y, como todo lo que se ansía vehementemente, paulatinamente se fue cumpliendo. Hoy no sé si ocurrió por mi decidida voluntad o, simplemente, por el transcurrir del tiempo y de los hechos, o por esa mezcla de cosas que se llama experiencia. Pero, si volviera a ser joven, tal vez volcaría mi atención en otras cosas menos desagradables y tristes, en cosas que no me quitaran las ganas de vivir, o en alguna cosa que significara que he vivido para algo.

4 de junio de 2011

La mordaza del lenguaje


De presentador a conductor, de periodista a comunicador, de autoridad a liderazgo, de necesidades a tendencias, de empresas a intereses financieros, de asociaciones a grupos de presión, de amigos a relaciones, de vicios a dependencias, de periódicos a grupos de comunicación, de pueblo soberano a votantes, de libertad a posibilismo, de justicia a legalidad, de amor a relación, de protesta a incomodidad, de represión a cargas policiales preventivas, de desengaño a desencanto, de violencia a indignación, de sueños a manifestaciones silenciosas, de democracia a sistema, de injusticia a equilibrio internacional, de asesino a efectivo de unidad de élite… y así.

1 de junio de 2011

Memorias del pueblo: estar, están.

- Hijo mío, ¿no te das cuenta de que si vienes conmigo al huerto, en lugar de irte al bar, entre las dos, que no te gastas, y las dos que ganas, tienes cuatro?
- Sí, padre, y le creo. Pero, el caso, es que esas cuatro nunca las veo.
- El que tú no las veas no quiere decir que no estén. Están. Porque si las vieras y, como tú, las viera todo el mundo, entonces estarían desiertos los bares y llenos los huertos y el mundo no podría confundir a todos los mortales como yo intento evitar que haga contigo.

23 de mayo de 2011

La baba negra

Mindundis, mangutas, provocadores, marginales, antisistemas, extremistas, rastas, okupas, ácratas, paniaguados, porreros, vagos, cartoneros, pedigüeños, tocapelotas, barbitontos, cutres, menguados, guitarreros, alipendis, subvencionados, rascabolas, unineuronales, blogeros, terroristas, golpistas, insumisos, manguis, pelagatos, tocabongos, trincayudas, vagolistos, soplagaitas, tuercebotas, tirados, fumetas, cantamañanas…
-        Qué las Santas Espinas aumenten la caridad y favorezcan el diálogo.
-        Y danos, Señor, sobre todo, capacidad de discernimiento.
-        Y haznos permanecer en el verdadero camino, como hasta el día de la fecha.
-        Pero si vais sin manillar, amados hijos: trincones del Partido Perroflauta.
-        Y no nos dejes sucumbir ante las provocaciones.
-        Y líbranos de la baba negra.

No hay quien entienda al alcalde

El alcalde de mi pueblo, un señor serio, que hace obras y vela por el bien de la ciudad, quiere devolverle la vida al centro viejo.
Y la semana pasada, con la plaza sin inaugurar, ha visto sus deseos cumplidos, porque gentes de todas las edades han llenado el ágora de ideas, de carteles, de palabras, de corros, de charlas y, hasta algunos, se han quedado a dormir, ilusionados, bajo sus soportales.
Orgulloso debería sentirse el buen edil viendo cumplido el fin de sus desvelos, viendo a la gente disfrutar de lo comunitario en armonía.
Pues no señor: está fatal.

Papá, cógeme aupa

Como esas olas vino el 15M y desvaneció la campaña. Las plazas hechas corralas de vecinos y los desconocidos conociéndose y los desencantados sintiéndose cálidamente acompañados.
Los políticos se sintieron molestos y enojados:
- ¡Mecachis, con lo bien que lo teníamos todo organizado!
Y es que la política no es para aficionados reunidos a deshoras por ahí. Mira que pretender decidir ellos. ¿Acaso saben lo que quieren? Ya tienen el maravilloso segundo de su voto y, mira, para que lo disfruten, este año, hasta les hemos dejado que lo metan ellos mismos en la urna. ¡Se podrán quejar!, ¡menudos perdularios!

18 de mayo de 2011

Buscando nuevos derroteros

Leyendo blogs descubro que existe la esperanza. Noto una disconformidad general que no sabemos encauzar. Y, en casi todos, encuentro algo parecido a una nostalgia por la honradez. Un sentimiento asfixiado por lo práctico. Parece que lo útil arrincona lo mejor que tenemos. Economía y política nos rigen. Las elecciones, más que liberarnos,  nos encadenan a una hegemonía bicéfala: elegir entre dos yugos. Y casi todos terminamos defraudados porque, lo que en su origen era de todos, sólo en beneficio de unos pocos, por otros pocos, es administrado. ¿De qué nos sirve nuestro sentimiento si el miedo lo arrincona?

17 de mayo de 2011

Barrenderos

Seguramente por la cabeza de muchas personas pasan ideas extrañas, adivinaciones tan fugaces como difíciles de expresar. Pero desaparecen y, como los sueños, se olvidan sin que puedan recuperarse.
Tal vez los escritores sean los barrenderos de esas ideas perdidas y, a veces, sepan recomponerlas. Y así, escritores y poetas, sin ser diferentes a los demás, posean ese don, y rehagan con bellas palabras lo que tantos pensaron y olvidaron. Y sean como oráculos, que escriban un pensamiento colectivo tenido por los demás por inefable. Y, algunos escritores, sean los intermediarios de los hombres con su propio pensar así desparramado.

11 de mayo de 2011

El hombre que se jubiló


El tiempo me ha mordido demasiado
y por eso me quiero jubilar.
He seguido con ahínco al mañana,
y el mañana siempre me dejó atrás.
Ahora estoy seguro de atraparlo.
Esta vez no se podrá escapar.
Tengo su tufo pegado a la nariz.
El futuro perfecto no me podrá burlar.
Aquel hombre quería jubilarse.
Y puso tanta fe y anhelo en ello,
que, una vez jubilado, perdió empeño,
pues no le quedó más por esperar.

9 de mayo de 2011

El cobrador que se crecía en cada verso

Afortunadamente, vivo.
Algo me apasiona.
Vivir es un mar.
Navego montado en una pluma.
El mañana llegará sin mi llamada.
Viviré pensando sólo en las palabras cotidianas.
El aire será la transparencia que me acoja.
El vino que llenará mis risas será mi pensamiento.
El agua que diluirá mis espantos será la bondad calma.
El cavilar acariciará la tarea de mis horas, rellenará mi tiempo.
Los sueños de cada noche me dejarán en la ribera del alba.
Y cada día nuevo me devolverá el tributo de vida que me debe.

5 de mayo de 2011

Adiós al amor que sólo perciben los niños


Ha muerto la mamá grande. Es un día más, lleno de la insignificancia que a los días les presta el tiempo, fabricante de infinitos, que desposee de identidad a sus hermanos chicos, marcados sólo por el sol y la sombra de un giro planetario. Al espacio también lo tildan de infinito pero, no sé, me lo parece menos que el tiempo o, en todo caso, una infinitud dentro de otra. La esfera de la mamá grande se ha candado y me pregunto por qué la infinitud la imaginamos siempre grande, como si en lo pequeño no pudiera caber la inmensidad.

2 de mayo de 2011

Seres intrascendentes

Las personas vivimos en la incertidumbre. La tenemos en cuanto al futuro, al presente y con respeto a quienes nos rodean. No hace falta que proyectemos nuestra fe hacia Dios o hacia una vida después de la muerte, basta con que la ejercitemos para lo que nos espera o hacia quienes nos acompañan. La fe, lejos de proyectarse al más allá, es una voluntad que necesitamos aplicar a diario. Y nuestro sino es no saber nunca si nos equivocamos. Nuestro hábitat es la inseguridad. La certeza es tan nociva que, a veces, necesitamos que la mente renuncie a ella.

1 de mayo de 2011

Circo máximo

Al Papa Wojtyla le han arreglado los papeles para santo en un plisplás: seis años. Celebrando celeridad vaticana y santidad cantada, un millón de fieles se han reunido hoy en la Plaza de San Pedro. Hasta Berlusconi ha desertado del bunga-bunga para acudir y, ni que decir, nuestra Leti, con mantilla, y Felipe, de príncipe azul. Pero todo es poco para un santificable, considerando el espectáculo de ayer montado para el himeneo de un Windsor. Ambas instituciones me son indiferentes, pero uno podrá opinar respetuosamente, ¿no?
¡Ah!, los del santo celebraron el sábado vigilia en el Circus Maximus. Muy propio.

A la cuarta pregunta (Reflexiones sobre el idioma)

Antiguamente los jueces, al interrogar a un acusado, le hacían cuatro preguntas: sobre su salud, sobre su instrucción, sobre su estado y, la cuarta, sobre sus bienes. Como, por incomprensibles casualidades, los delincuentes solían ser pobres de solemnidad, muchos decían, por vergüenza de reconocerlo abiertamente, que estaban a la cuarta pregunta. Y así los indigentes, por una vez, inventaron un eufemismo. Y, como ser pobre daba motivos justificados para la desconfianza, muchos reos, conscientes de ello, le decían de antemano al juez esa otra frase que aún perdura: “soy pobre, pero honrado”, pensando así que harían titubear al recto magistrado.

30 de abril de 2011

A niños con los ojos muy abiertos

¿Sabéis quiénes son los poetas?
Pues los poetas son personas que buscan las palabras más bonitas, que aprenden  a escribirlas y a ordenarlas, que saben ponerlas en su sitio, que conocen bien lo que éstas encierran, que rescatan muchas del olvido y que, a veces, hasta las inventan y construyen expresiones nuevas.
¿Y sabéis para qué hacen eso?
Pues para contar de un modo precioso las cosas que a todos nos suceden, que todos sentimos, que tememos, que anhelamos o sufrimos, y así, cuando los lees, descubres que muy bien pudieras tú ser el poeta. Los poetas nos descubren por dentro.

29 de abril de 2011

Garrulus

El único día que llevaron de caza al profesor Joaquinete, éste iba absorto observando todo cuanto en el campo acontecía.
Fue al llevar un rato en el arcabucal cuando el profesor exclamó entusiamado:
-        Miren, miren, es increíble: un Garrulus glandarius.
-        No jodas, Joaquinete, ¿dónde está eso?- replicó el Tajadilla.
-        Se ha metido en esa espesura, se lo juro.
Cuando el pájaro voló, espantado por los perros, el Tajadilla lo despachó de un escopetazo.
-        ¡Buah! Joder, Joaquinete, no des más por culo, que era un puto arrendajo.
Y el profesor Joaquinete no volvió a abrir la boca en toda la jornada.

Cinco millones: de la maldición al privilegio

- Por favor, llámeme al trabajo.
- Suerte tiene usted de tenerlo.
- ¿Suerte?, ¿por qué?
- Porque hoy tener trabajo es un privilegio.
- Yo diría que es una obligación, una atadura y una molestia.
- Pero, ¿cómo puede decir eso? Tener trabajo es un don del cielo.
- Pero, ¿no se ha dicho siempre que el que no trabaja es porque no quiere?
- No sea cruel con frases de otros tiempos
- Pues, fíjese, yo pienso que esto del trabajo empezó justo al contrario, como un castigo divino y una maldición:”Ganarás el pan con tu sudor”.
- ¿Sí? Pues ya ve usted adonde hemos llegado.

28 de abril de 2011

Alcanzar cierto nivel

Da igual lo que dijeran los muertos, ya no son noticia. De hecho, lo actual, por el mero hecho de serlo,  cobra veracidad. Estamos acostumbrados a alimentarnos de novedades y, esta práctica, ha eliminado de nuestras mentes la capacidad de juicio. El flash de la novedad sustituye cualquier ponderación. Las verdades son cuestionables, pero la novedad no. Las novedades no necesitan ser juzgadas, son directamente asimilables. Son noticias puras, alimentos fácilmente digeribles puesto que no necesitan digestión. Y, lo que es más, las novedades se renuevan diariamente y, así, nuestras vidas han alcanzado el saludable nivel de la feliz intrascendencia.

27 de abril de 2011

No les votaré (atroz venganza)

Cada día nace una ilusión tan bonita como la luz del alba, pero tan efímera como la llama del palito de un fósforo.
Lástima que, enseguida, cualquier medio de comunicación te devuelva al suelo polvoriento del corral, lleno de gallinaza, con plumerío en el suelo y en el aire, y te vincule al permanente cacareo de este palenque de gallos de pelea.
La violencia política, permitida y bien vista, me cansa y me destroza muchos días. Tan enzarzados están en sus luchas partidarias que ni siquiera se les ocurre que puedas no votarles. Hasta ese punto les somos ya indiferentes.

26 de abril de 2011

Los días lentos

Hace años tuvo la sensación de estar atrapada en un barrizal de días lentos, de días que no parecían ser preámbulo de otros, de días de liga que atrapaban su mente de pájaro. Recordaba tiempos cenagosos por los que avanzó atarantándose, con más voluntad y deseo que orientación. Pero, pese a su azacaneo, el futuro siempre le sacaba ventaja y, atollada en aquel aguazal, sus días iban siempre más lentos que los de él . Hoy está asustada. No dio con el futuro. Pero no sabe si, en lugar de correr, debe esperarle y acoplar sus pasos a él definitivamente.

24 de abril de 2011

Arrobamientos


La gente no mira una procesión como se mira cualquier cosa. Cuando uno observa a la gente mirar un paso suele sentir algo distinto, algo que no sentía antes. Porque uno ve en los demás el arrobamiento que, sin duda, los demás observan también en él. No hay palabras para describir la faz emocionada de aquellos que, sean cual sean los avatares de su vida, se privan al paso de un trono. Lo que sean, hayan sido o serán, queda para ellos. Pero las imágenes dicen, en estos casos, más que las palabras. Amén y olé. Ya está.

Romper la hora con tambores y bombos


Esto de los maños es único. Porque entre tantas procesiones serias, tantas cofradías ilustres, tantas hermandades antiquísimas, tantos Cristos crucificados, dolientes, azotados, expirantes, yacentes, entre tantas Vírgenes del mayor dolor, la angustia y la desolación, entre tanta música procesional, tantos monumentos, pasos, tronos y estaciones de penitencia y tanto culto a esa tradición, que amalgama espiritualidad y protagonismo individual, pues van los maños y dicen que ellos lo solucionan, que rompen la hora. Así, cortando por lo sano, que detienen el tiempo y arreglado. Lo mejor, oye, lo más clarividente. Ni a los de Bilbao se les había ocurrido.