
Calle Mesón de Paredes. Mediodía. Una mujer sale de un portal. Con paso vacilante camina por el centro de la calle. Parece desubicada y ajena a todo. La gente la observa por delante y, con extrañeza o con una sonrisa, gira la cabeza cuando pasa para mirarla por detrás. Ella hace ademán de bajarse una falda inexistente, casi como una especie de fajita, que vuelve a subírsele a la cintura. Llega a un portal. Intenta abrir la puerta. Encajar la llave es difícil para ella. Se apoya en la espalda. Quien pasa mira porque olvidó vestirse de cintura para abajo.