Con la esperanza de que no se nos
haya olvidado hablar, vuelvo a escuchar los vocablos usados en los medios, los
circunloquios de políticos y periodistas y las falsas, y pretenciosamente
impactantes, denominaciones nuevas que todo lo engullen con una especie de gula
desvirtuadora. Efectivamente, sólo era una esperanza. El lenguaje anda
descubriendo nuevos derroteros y uno ya no sabe si creerse lo que intuye o
intuir lo que escucha, saltando sobre los significados con esas garrochas
absurdas con que se adornan tantos nuevos titiriteros profesionales del
lenguaje. Ha sido un descanso pasar unas semanas sin escucharles.
22 de agosto de 2012
El país de Sánchez Gordillo
Como pardales, posados en la
parra sombría, bajo el alero protector de la casa del pueblo, andamos los
españoles. Este agosto más que otros, recordando quienes éramos, cobijándonos
bajo los techos de la infancia y volviendo, sin percatarnos, a añorar los tiempos
de la Sección Femenina: recreación de la vieja artesanía, de las canciones y
danzas populares. Un país de viejos, resignado, abúlico, amaestrado por una
democracia tan lacia como nuestros gobernantes, donde el único destello vivo
del verano es un edil que se ha tirado al monte para escándalo de las fuerzas
vivas y desvelo de la Benemérita.
Otras olimpiadas
A veces me pregunto para qué
sirve correr tanto, saltar tan alto, o tirar cosas tan lejos y, además, hacerlo
en nombre de países, como si no bastara ya con hacer cosas así a título
personal. Sin duda carezco de espíritu olímpico, porque en estas cosas es donde
realmente se mide la honradez, el espíritu de sacrificio, la compensación del
trabajo en equipo, la solidaridad, el altruismo, el trabajo silencioso y tantas
otras cualidades que el ser humano atesora y muestra en el deporte que, siendo
desinteresado, indica lo que podría hacerse en la política si ésta también lo
fuera.
24 de junio de 2012
Heridas inesperadas
En el filo de un folio vive una cuchilla
feroz que anida, vestida de blanco, en el papel. Puede rajar inesperada y
profundamente la yema de un dedo, pero, cuidado, porque, cerca de la cara, con
igual facilidad corta los ojos. Son tan letales como las finísimas uñas de un
bebé manoteando inocentemente frente a nuestra cara.
De qué sencillas cosas puede
surgir un bisturí.
Pero, ¿quién no estrechará a un
bebé contra su cara? ¿Quién no abrirá ansiosamente una carta?
Aunque mayores dolores pueden
producir aquellos bebes, ya adultos, o, algunas cartas, cuando nos golpean por
la parte plana.
Seguridad
Cuando mi amigo me dijo que su
acompañante llevaba pistola, me quedé mudo.
-
Manel, enséñale la pucha. Al fin y al cabo, vamos a
vivir en su casa.
-
Eso no lo necesitas –dije impresionado, contemplando
atónito el arma que Manel me mostraba-, déjala en tu cuarto y no vayas con eso
por ahí. Aquí no te hará ninguna falta.
Manel miró a mi amigo de modo
interrogante. Éste le hizo un gesto, el otro la enfundó, y luego, sonriéndome,
me dijo suavemente:
-
Estoy seguro. Pero tú no sabes la cantidad de cosas que
resuelve simplemente el llevarla.
Help!
Vivo intrigado por conocer el
final, si lo tiene, de esta historia. Las noticias me sobrepasan ya desde hace
tiempo, las contradicciones de los expertos me despistan, los economistas
profesan unos tipos de fe que me defraudan, las instituciones andan por ahí con
el culo al aire, los políticos me abandonan y me culpan, los periodistas son el
eco fácil y sombrío de todo lo anterior. No sé para qué sirve cuanto me rodea.
Recibí una educación, que ahora
reconozco inaplicable, que me decía como debía funcionar el mundo. Pero hoy
estoy seguro de que, hasta en eso, me engañaron.
13 de junio de 2012
Fuera del euro, hay vida
El Estado pide prestado a esa
Europa que se predicó de los ciudadanos y en la que ya nadie confía. El
objetivo de España, Rajoy dixit, remedando al Quijote, es salvar el euro. Grandiosa
empresa. ¿Estamos locos? Pero, ¿para qué? ¿No ha sido el euro monopolio de
industriales y banqueros?, ¿hemos de rescatarles entre todos?
Si nadie tiene interés, en el
doble sentido, en las personas, ¿qué interés tenemos nosotros, los ciudadanos,
en salvar el euro?
La Europa de los ciudadanos era
una falacia. ¿Por qué nos quieren convencer aún que es cosa nuestra?
Para pagar. No hay otra cosa.
8 de junio de 2012
Divaricación
No hay delito ni falta. Nada
estamos en posición de exigirle. Él, y no sabemos cuantos como él, se rigen por
las cuentas de El Gran Capitán. Pedagógica y pacientemente, nos muestran la
esencia de su servicio, de su perenne dedicación a la nación, más allá del
tiempo. A personas de su cariz, hombres tan atildados, tan morigerados, tan
ecuánimes, tan distinguidos, tan independientes, tan insignes, ¿habrá modo de
pagarles lo que les debemos? ¿No tienen derecho a su esencia? Ajenos al delito,
la divaricación es el modo de vida inherente a sus fueros. Están abiertos a
términos nuevos. Encantados.
25 de mayo de 2012
Igual que los dedos de la mano
La señora Norberta caminaba
torpemente, del brazo de uno de sus hijos, por las calles empedradas de su pueblo.
-
Bien va usted. No se quejará. Bien se nota lo a gusto
que va usted con este hijo –le dijo la vecina.
-
Pues sepa usted que a los cinco que tengo los quiero
por igual. ¿Cuál cree usted que me dolería más, si me cortaran uno de los dedos
de la mano? Pues así quiero a mis hijos, por igual.
-
Sí, madre, pero para hurgarse la nariz usa usted sólo
uno. Y suele ser el mismo. –saltó el hijo.
A contar
Parece que los eruditos creen que
la palabra escrita, y por tanto la literatura, fue cosa originada por la
necesidad de contar. De contar en el sentido más estricto de la palabra, es
decir, la de aprender a simbolizar las cantidades de las cosas para poder
comerciar con ellas. Sería un origen, de ser cierto, que partiría de lo más
material para terminar, en nuestros días y en casi todos los días de los que
tiene memoria la Historia, contando otras cosas. No me parece mal, de hecho,
acabo de contároslo. Vuelve la pasión por contar. Lo teníamos delante.
8 de mayo de 2012
Peaje
La amplia y vieja autopista de la
corrupción, con su tráfico siempre tan fluido, corre pareja con las obras,
iniciadas hace un tiempo y en las que se trabaja a destajo, de una nueva
autopista: la de la explotación.
La mayoría de nosotros vamos a
transitar por la segunda vía para que los de siempre sigan, como los señores
que nunca han dejado ni dejarán de ser, transitando cómodamente por la suya. El
asunto es que nosotros, además de pagar todas las vías, pagaremos peaje por
nuestra propia explotación. Al parecer, así ha de funcionar el sistema para ser viable.
4 de mayo de 2012
El sacrificio fecundo
Desanimados por tantos sacrificios,
que quienes mandan predicen fecundos, vemos como se venden o abandonan muchos hogares,
para pagar o por no pagar sus hipotecas, muchos coches, fuentes de libertad
cacareada otrora, para pagar la cadena dorada de sus letras, y somos, o nos
harán ser, solidarios a la fuerza con los bancos, para que nos hagamos cargo de
sus “activos tóxicos” (valientes palabrejas), que es como hacerse cargo, por impericia
y avaricia ajena, de las deudas más que vergonzosas de quienes nos exigen que
paguemos las nuestras. Que los “activos tóxicos” de la gente normal sólo son
putas deudas.
Cosas del Hermano Lobo
Un amigo me ha enviado unas portadas de la vieja revista de
humor "Hermano Lobo". He seleccionado éstas para que algunos recordéis y otros, tal vez, os sorprendáis. ¿Qué cosas pasaban antes, eh? Claro que, de esto, hace muchos, muchísimos años.
2 de mayo de 2012
Lo que dijo el de la aldea
-
Éste es de la freguesía de Vilar Formoso.
-
Y, ¿qué tal con los españoles?
-
Bien. Como hermanos.
-
Nosotros venimos mucho a Portugal y desde hace muchos
años –dice el viajero.
-
¿Y qué os parece?
-
Nos gusta mucho. Para nosotros es nuestra segunda casa.
-
Y, cómo no. Si los españoles no queréis a los
portugueses, ¿a quién vais a querer en el mundo? – dice el de cerca de Vilar
Formoso con una mezcla de orgullo y sencillez.
Y, el viajero,
no tiene contestación y calla, porque le parece que lo que ha dicho el de la
aldea está lleno de razón.
El desafecto
Desde que son de pago, las
autopistas de Portugal están semidesiertas. La gente sortea, como puede, los
puntos de control y, cuando no, circula por las vías de siempre. Los hosteleros
son amables, les gusta que te guste su comida, orgullosos, te enseñan sus
bodegas, te invitan a un oporto y te dan conversación a la antigua, sin prisas.
En sus mercadeos se elude el IVA y en otras actividades también, que cada uno
se defiende como puede.
-
¿Cómo va lo del rescate?
-
¿Ah, eso? Tendrán que hacernos otro antes de un año –dicen
indiferentes- Nos mientras buscámonos la vida.
Guarda
Sigue Guarda la vieja, ahora
rodeada de autovías, con la misma capa de hace treinta años, arrastrando su
fama de falsa, fea y fría, con sus palacios, su barrio viejo, su judería, sus
soportales frente a la mole de la catedral y su tono de melancolía encapotada.
Han medrado los restaurantes pequeños en la parte vieja y cerró el Hotel
Turismo donde solía parar, cuando pasaba, Saramago. El establecimiento, con un
sabor antiguo, señorial y serio, que le cuadraba al escritor, candó sus puertas
casi al tiempo que, definitivamente, él cerrara los ojos. Portugal, siempre un
plus de tristeza.
1 de mayo de 2012
Dar la cabezá
En mi pueblo no se hace. Eso de,
en la iglesia, presentarte ante los allegados, con el finado en su féretro, y
cumplir, dando la cabezá, no se hace, no señor, y menos añadir la frasecita:
“Gloria y descanso tenga, que los ha merecido.”
En mi pueblo pasa uno por la casa
y, familiarmente, se planta uno ante el cadáver y los cuatro velones, mira al
difunto y, tras unos segundos de reflexión profunda, dice: “¡Hay que joderse,
al cabo lo que somos!”. Luego te tomas una copa. No señor, eso de la reverencia
no me gusta. Queda muy corleone.
26 de abril de 2012
El camino árabe a Santiago
¿Cuántos Caminos de Santiago hay
ya?
Propongo a los historiadores el
itinerario que hizo Almanzor en el 997, para, desde Córdoba, ir a asolar la
ciudad del santo, símbolo de muerte al moro infiel, y, de paso, birlarles las
campanas y llevárselas a la capital del califato sobre lomos cristianos. Podría
llamarse: Camino árabe a Santiago. Sería un punto pero, atención, no de encuentro
porque, cuando Fernando III el Santo conquistó Córdoba, las campanas tornaron a
Santiago a lomos sarracenos. Y eso que, Fernando, era santo.
En este camino, en lugar de la
concha, podría portarse una campana. Chiquitita, claro.
23 de abril de 2012
En conciencia
- Las gentes, a quienes de verdad les apasiona el fútbol, no gozan,
en rigor, del espectáculo. Un verdadero aficionado sabe muy bien, antes del
partido, quién quiere que pierda.
- Dirá usted quién quiere que gane.
- No, porque es un placer mayor y más morboso gozarse en la
derrota del vencido.
- ¿Y no es lo mismo que gozar de la victoria de los tuyos?
- No, porque así el placer es doble: el principal es el de
la derrota de los otros, la victoria es un placer añadido, pero sin importancia.
- Usted está tonto.
- ¿Sí? Pues pregúnteles a los aficionados. En conciencia.
La rutinaria quimera
Esto de vivir, a cierta edad, se
hace cansino. Quizás porque la vida quiera ser una colección de novedades y,
con el tiempo, sea paulatinamente más difícil encontrar los cromos que nos
falten. Todo se vuelve repetido: gestos, gentes, palabras, sentimientos,
paisajes y, si me apuro, hasta la reflexión sobre uno mismo, se convierten en
cosas manidas, vistas y revisadas, monótonas y, en el fondo, secuencias comunes
de vidas semejantes. Compartimos una vida común, como de libro, que, a veces, por
ese empeño, tan terco como falaz en ser distintos, nos invita a envidiar la
felicidad que otros tampoco tienen.
21 de abril de 2012
El camino a la tierra prometida
El manido, tozudo, elemental y obtuso
lema de antaño, ése que todo lo arreglaba con la unitaria trinidad monocorde
de: trabajo, trabajo y trabajo, se ha desmoronado. Pero, lejos de pasar a la
historia sustituido por algo más interesante como: investigación, cultura e
iniciativa, se ha sustituido por otro lema mostrenco: sacrificio, sacrificio y
sacrificio. Parece que la mortificación todo lo arregla pero, entre tanta
penitencia y, lo que es peor, después de ella, ¿sabe alguien adónde vamos?
Seguramente no, pero, sea donde sea, llegaremos allí purificados. Danos, ¡oh,
Señor!, fe para permanecer en el camino, porque sin manillar vamos.
Un pasito más
El viento de la crisis se lleva
por delante otra hoja más: la independencia de TVE. El fundamento no parece que
sea darle un hachazo más al presupuesto, sino más bien un navajazo a la independencia
informativa. Poco ha durado este espejismo. Volveremos a la mansa tele pastueña
de su amo. No era necesario, pero parece que en tiempos malos conviene mermarlo
todo y, fundamentalmente, la democracia. Eso sí, en aras al derecho a la
información, las radios entrarán en los estadios. Mal que nos traten como a
niños, pero humillante que nos traten como a tontos. Mala deriva, creo.
19 de abril de 2012
Mi reino sí es de este mundo
El que hace un cesto, hace ciento y, en el caso del monarca, cuando le hemos visto el cesto, no sabemos cuantos llevaría ya hechos, porque, claro, sería una fatalidad y una torpeza que la primera vez que se desliza, aparte del trompazo, le hayan pillado al pobre.
Pide disculpas y promete enmienda, pero, ¿tendrá formalidad en el futuro? Miren que con la inmunidad, que lo sepulta todo en el olvido, las tentaciones deben ser tremendas. Si no rectificase, y volviese a perder el seso, nos podríamos convertir en un país de cuento: El reino del monarca casquivano.
18 de abril de 2012
El pecado de la tristeza
Hay males que se diagnostican cuando acaban con alguien y, sorprendentemente, son males muy comunes. Probablemente un día se determinará que proceden de determinadas carencias orgánicas y que, en puridad, son un conjunto concatenado de desórdenes. Descansará la ciencia. Pero, seguramente, los familiares del desaparecido seguirán ocultando su nombre. Es un proceso que se genera en silencio y en soledad e incluso con incredulidad o descrédito hacia el que reconoce padecerlo. Algunos, que no admiten que se pueda llegar a tener menos miedo a la muerte que a la vida, niegan tal enfermedad: es un pecado. Y, sin embargo, mata.
Fuente de angustia
Su moral y sus principios, que imaginaba iguales o semejantes a los de otros, estaban ya encallecidos de tantas veces como había pasado sobre ellos. Sin embargo, su compañera ocasional se debatía en esa lucha interna. Pero él sabía que si ella no eludía la ocasión no saldría de ella más que, por decirlo gráficamente, sin bragas. Y no es que él fuera un seductor, los hombres tendemos a engañarnos en ese sentido, era que ella tenía dentro su frágil contradicción frente al poder del deseo. Y, metidos en harina, era más difícil vencerlo que dominar la fuerza del mar.
15 de abril de 2012
Estación de autobuses (rigurosamente cierto)
Los coches de línea no son tan distintos a los de antes. El conductor habló por el altavoz en la estación de salida:
“De acuerdo con el protocolo de nuestra compañía les informa Fermín, como conductor y director de viaje, de que nuestra hora de llegada será a las 20 horas. No pueden ustedes fumar, porros tampoco, ni beber alcohol, ni consumir otras substancias prohibidas. Y, por favor, les ruego encarecidamente que sean formalitos y que no tenga que oír a ninguna señora que se me acerque y me diga que le están metiendo mano. Muchas gracias y buen viaje.”
Bodas
En las bodas de hoy se habla mucho más que en las de antes. Y lo peor son las alocuciones de la novia a los postres del banquete:
“…y te agradezco aquí, querido Carlos, que te fijarás en mí y, desde que me conoces, te me hayas entregado con esa pasión que me demuestras cada día…”
- Si me pillas con treinta años menos yo hubiera hecho lo mismo, guapa –gritó un coloradote sesentón.
- Y ahora –le apostilló una cínica dama en sus cincuenta.
Y es que antes hablaba sólo el cura, que solía estar sobrio, y nadie le repuchaba. Paganos.
Fuego real
Al abuelo y al nieto les ha retirado la escopeta la Guardia Civil, se veía venir. Al nieto por precoz, al abuelo por no pasar el psicotécnico. Y hay que reconocer que, en esta ocasión, el Benemérito Instituto ha actuado con prudencia si bien, reconozcámoslo, ante los hechos consumados. Un niño no puede ir por ahí pegándose tiros en los pies, valiente aprendizaje, y un abuelo dándose de trompadas por los montes, que es hasta denigrante. Hay que proteger a niños y ancianos porque, desengañémonos, hay edades en que uno no sabe, ya o aún, lo que se hace.
Y lo decimos sin pensar
¿Cómo que el trabajo es un privilegio? ¿Qué pensamiento colectivo nos están imponiendo que nos conduce a tratar lo normal de privilegio?
Vamos a olvidar, por no tocar la breva, aquello bíblico de que el trabajo es un castigo divino. Pero lo cierto es que, hasta hace poco, algunos se jactaban, y les parecía señal de inteligencia, de vivir sin trabajar. Pero, de ambas situaciones, a considerar que el trabajo sea un privilegio hay un abismo. El trabajo, amén de otras cosas, es, en esencia, un modo de ganarse el sustento. De privilegios saben otros. Y no me gusta señalar.
11 de abril de 2012
Masajes
Caminando por las calles de cualquier ciudad uno encuentra ofertas que, seguramente en muchos casos, combinan terapia con placer o, más radicalmente, con vicio, palabra ahora en desuso.
Se ofrecen muchos masajes: antitoxinas, relajantes, linfáticos, estéticos, sedativos, descontracturantes, con barro, con chocolate, digitopuntura, quiromasaje, gestáltico, hawaiano, adelgazante, erótico, reflexológico, hidroterápico…
Se me ocurre que medicalizar lo sensual lo dota de una recomendable seriedad y consigue asiduos devotos de cada técnica. Pero, ¿no nos llevará la crisis a algo más directo? Pongamos, por ejemplo: Pajas low cost, totalmente castas y antiestrés, personalizadas y con sorteo de un viaje al Vaticano.
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